El documental cuenta el proceso de grabación de "Exile on Main Street", posiblemente el disco más sobrevalorado de la historia del rocanrol junto con el "Sargent Peppers..."
Si acaso, aún más sobrevalorado que "Sargent Peppers".
Encuentro que los discos no dicen gran cosa más allá de lo que han dicho sus predecesores ("Revolver" y "Sticky Fingers"). Con todo, el "Sargent Peppers" tiene la competición con Brian Wilson como acicate para hacerse un "Sargent Peppers" con todos sus momentos memorables (que los tiene). Pero no encuentro momentos "Wild Horses" o "Moonlight Mile" en "Exile...".Si acaso, un hit de mi infancia. Aquí, en una gira de cuando entonces:
El "Exile..." (del cual acaba de salir una reedición, remasterizada cómo no) se hizo en varios lugares del planeta habida cuenta de que los Stones habían sido estafados por un "mánaye" y, sobre todo, tenían sus problemillas con Hacienda-somos-todos y en vez de gastarse parte de los millones que aún les quedaban en infraestructuras públicas, se van a Francia y se lo gastan tanto en propiedad inmobiliaria (aquí la casita de Keith Richards, donde se empezó a grabar el disco)...
...como en drogas para desayunar, comer y cenar. Keith le daba al jaco a diario, lo cual afectó a la grabación, cómo no, pero el "Exile..." (oh wow) es como si lo hubiera parido él con todas sus influencias y principios musicales puestos de manifiesto. Incluso canta en otro de los momentos clásicos de la carrera de los Rolin...
...y ése era Keith en aquél entonces, y no daba pie con bola (vocalmente; con la guitarra parece que se las apaña) y de ahí que le eche unas cuantas manos Jagger.
El que Keith Richards se haya sacado el "Exile..." (oh wow) "hasta arriba de caballo" es una de varias vicisitudes que contribuyeron a que el "hasta arriba de caballo" se añada al gran significante rock (oh wow), y luego llega la movida y (oh wow) el caballo y ahí empieza la epidemia de sobredosis con sidas en los 80, y aunque haya quien diga que no había información ni ejemplos en la calle, que la heroína mata ya se sabía (hombre, si circulaba el Star y el Vibraciones y otras revistas musicales y alternativas que hablaban de drogas, y hasta yo, que era una chavala y no leía las revistas musicales pero oía la radio y leía el Lecturas de mi madre con sus fantásticos pósters de músicos incluídos los Rolling del "Exile...", sabía de qué iban muriendo los músicos hippies: no sé si me lo invento pero me encontré con un texto sobre el ya difunto Jimi Hendrix en el Trinca justo en la época) (el Trinca era el tebeo; los de OT eran La Trinca)...
Total, que hubo un tiempo (y de ahí hasta ahora) en el que, con la notable excepción de Jonathan Richman...
...ser rockero prácticamente equivalía a ser muyahidín: es decir, a hacerte suicida (o, más bien, jugártela a la ruleta rusa) por tu ideal de autenticidad rockística, vivir al límite, morir joven y dejar un bello cadáver. El cual ideal se extendió entre críticos: por cierto: el inglés Nick Kent, otro que tal baila pero que sigue vivo como Keith, acaba de publicar su autobiografía; como fan morbosa (y admitiendo que mi morbo también contribuye a sostener el ideal), leí una antología de artículos de Kent con mucha miga, incluido uno sobre su accidentada velada con Keith en pleno desfase y el otro que, aunque también le va la marcha, decididamente no puede con su ritmo. Este fragmento del libro, que habla de Keith, lo acabo de copiar de un blog que "casualmente" tiene la misma pinta que el mío: (En inglés, sorry.)
"He consumed drugs like other people consume air, which is to say, unceasingly...But hard drugs - particularly in the amounts he was consuming - can only end up blunting creative instinct and stealing all natural reserves of energy and that's what was hapenning to him. Watching him on stage, it was like he was lost in this deep dense fog, but there was something so poignant about seeing him still standing there because there was always a very real possibility that it could be the last time. But it was also kind of sordid seeing him stumble through his signature tune, 'Happy,' missing half the lyrics and having Jagger conclude the thing by adopting his most sarcastic voice to remark, 'Uh, thank you Keith, that was really amazing!' As in 'not.' "
El ideal de autenticidad con todo lo que conllevaba también se extendió entre fans. Y fue cayendo la gente.
Y a una, que entre sus músicos favoritos ha habido muchos, pero muchos yonquis, le da rabia que canciones tan fantásticas como ésta vayan de lo que van. (Lo de "another girl another planet" es una manera de hablar.)
Pero no nos olvidemos: ¡esto es rock and roll! (oh wow). En esto llega la película a Cannes y otra vez revival del desfase en la Costa Azul. (Y los fans, por nuestra parte, queremos sangre y nos lo comeremos cuando llegue al In-Edit o cuando sea. Dame morbo. Que no pare la máquina.)
Hablando de sangre y morbo: La gira americana que promocionó el "Exile..." está documentada en la aún inédita pero pirateada por todos los medios posibles "Cocksucker Blues", con su 24-hour desfase entre bolo y bolo. Así empieza la película.
Ya que nos ponemos con lo de morir joven, cadáver bonito, y todas esas mandangadas: El que se sacó de la manga la frase "Hope I die before I get old" en 1965 sigue criando arrugas: aquí anda con su banda en un programa de variedades británico de 2007 cantando la canción con la frase en cuestión. (En uno de sus muchos alardes de humor negro, Kurt Cobain escribe, "Hope I die before I turn into Pete Townshend". Ya se sabe lo que pasó con Cobain.)
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