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domingo, 3 de noviembre de 2013

Las oficiales de este año

Con eso de que la gente que me visita es gente normal, el resto de mi In-Edit 2013 se reduce a las películas de hoy: las únicas de la sección oficial que he visto este año.

La primera es otra "historia de": la de Kathleen Hanna. Por la cual me entero que, contrariamente a lo que me dio a entender la película de la gira de Le Tigre, "no" es lesbiana. Está casada con un chico: Adam Horovitz de los Beastie Boys.



Y por lo demás, no hay ni una mención a nada parecido a lesbianismo aparte de la letra de una de la banda por la que se la conoce, Bikini Kill.



Por lo demás, sale lo de Kurt, y lo de Courtney, así como lo de Bikini Kill y las riot grrrls. Pero lo que también sale es por qué Kathleen deja la música tras la famosa gira con Le Tigre, de la que salió con los primeros indicios de una enfermedad que mantuvo en secreto y que no dieron con el diagnóstico hasta cinco años más tarde: enfermedad de Lyme. Básicamente, la parte de la película que no habla de Bikini Kill habla mayoritariamente de la enfermedad y de cómo Kathleen la va aceptando, con mucha dificultad por lo que parece. Actualmente, Kathleen tiene un proyecto nuevo, The Julie Ruin (la banda, donde también está Jo Le Tigre,...



...no el alias de Kathleen para su disco en solitario con una maquinita al estilo Juan Palomo después de romperse Bikini Kill.)





La otra es la española del año, que básicamente consiste en imágenes de un concierto en el teatro Lope de Vega de Sevilla en 1983 donde los viejos gitanos flamencos trianeros conmemoran el 25 aniversario de la expulsión de los gitanos de Triana y su relocalización en un barrio de periferia, con su correspondiente cambio de vida (del contacto vecinal en la corrala a la colmena de pisos para pobres, y para colmo de males aparece la heroína). El concierto es una juerga gitana en toda regla donde, junto con los viejos, intervienen Lole, Manuel y un jovencísimo Raimundo Amador, así como los espontáneos que acaban subiendo al escenario, entre los cuales El Farruco. Comentan las imágenes del concierto el director, Ricardo Pachón, y varios de los participantes.

Y, mira por dónde, estos dos son los documentales premiados en el In-Edit 2013. Menuda casualidad.

Uuuuuuuuuy... Mejor que bodrios premiados como "Glastonbury" y aquella sobre Pepe Sales desde luego que son, y de hecho las películas están bien, pero tampoco es que sean como para lanzar cohetes... Concretamente, me dio la impresión de que podría haberse contado lo de Triana en menos de una hora en lugar de los 73 minutos que dura.



Aquí una entrevista promocional con Pachón. Obsérvese el baile de los viejos (una de ellas, vieja y ciega) y el movimiento sexy.



domingo, 7 de noviembre de 2010

Acaba el In-Edit

Uno de los cambios con respecto a otras ediciones del In-Edit es que ahora no se muestran gratuitamente las películas ganadoras de la edición actual, sino las ganadoras de los In-Edits iberoamericanos (México, Chile, Argentina y Brasil) del año pasado. Eso fue ayer, en el auditorio de la facultad de comunicación de la Universidad Ramon Llull, con pantalla tamaño gran tele de plasma.

Fui a ver la de Brasil, una película sobre Dzi Croquettes, grupo que surgió en los 70 en plena fase dura de la dictadura militar brasileña, con la infame Acta Institucional 5 en vigor y consiguiente supresión de derechos fundamentales, empezando por la libertad de expresión. En esta circunstancia, un coreógrafo americano instalado en Brasil llamado Ronnie Dale se junta con otros once hombres y monta algo que parece ser un espectáculo de drag queens, que por alguna razón que se me escapa (aparte del cuestionamiento de la "familia natural" ratzingeriana), fue prohibido por la dictadura. No saco gran cosa en limpio sobre dónde radicaba el carácter políticamente subversivo de las Croquettes (dudo que fuera en el mariconerío sin tapujos, simplemente: se ve el traje de monja y la cruz gamada tan de pasada como en el trailer). Lo que saco es que se convirtieron en comuna, vivieron juntos, triunfaron en París, hablaban varios idiomas en el show, eran la hostia (como comenta una serie de entrevistados, entre ellos el ex-ministro de cultura Gilberto Gil y una amiga de Ronnie Dale, Liza Minnelli), y de los doce murieron ocho, de los cuales, cuatro de SIDA (incluyendo Dale) y tres asesinados. Una tragedia. Y eso es todo.



Luego voy a la Filmoteca a ver un doblete de películas de D.A. Pennebaker y su mujer, Chris Hegedus, los homenajeados en este In-Edit. Una sobre Janis Joplin y la otra sobre Jimi Hendrix. La de Janis consistía en dos canciones de un concierto con Big Brother and the Holding Company, una discusión de la banda en el estudio sobre "Summertime", y el metraje de "Ball and Chain" de "Monterey Pop". Eso, hecho en 1991. De juzgado de guardia. La de Hendrix consiste en una serie de gente construyéndose versiones de sus canciones a su estilo y hablando de lo que les supuso Hendrix. Tenía gracia que entre ellos anduviera Laurie Anderson. ¿Las versiones? pues bueno. Me quedé con la de Charlie Musselwhite de "Hear My Train A-Comin'", también con una guitarra acústica. No hay vídeos de esta peli, así que va lo de la Janis en Monterrey, que a pesar del morro que le echan los directores, es un número clásico.



La última de la serie resulta ser la ganadora de la sección internacional del In-Edit de este año: "High on Hope", una narración de la movida de raves en la ciudad de Blackpool a finales de los 80. Empieza hablando de los duros tiempos de Thatcher y el hartazgo de ella. ¿Y qué hace la harta juventud? Pues bailar. "Fight for your right to party", que dirían aquéllos.



Resulta que los clubs de la época eran muy estirados, tenías que entrar elegante, y cerraban a las 2 de la mañana; y a cuenta de esto, aparecieron unos tipos que se colaban en almacenes y naves industriales vacías por la recesión de entonces, metían los equipos de sonido que se alquilaban o se construían, y organizaban fiestas con música acid house, sin ninguna etiqueta, e ilegales, claro, en un juego del gato y el ratón con la policía. La movida se hace grande (llega gente de Manchester y hasta de Londres a "la ruta del bakalao" blackpooliense; entre la cual, elementos indeseables), la sociedad bienpensante se escandaliza (¡hay drogas fijo!), y la cosa acaba con detenciones policiales masivas, encarcelamientos y palos por parte de la policía (no sólo: la juventud bailante también les tiraba ladrillos), pero la película menciona los ladrillos muy de pasada, haciéndose en general maniquea (nosotros muy buenos y pacíficos, la poli muy malos y brutales), y me pasa lo que en la de las Croquettes, que no saqué gran cosa en limpio sobre las implicaciones políticas de los raves, que por algo hablaba de la Thatcher y la revolución y etc.



Y esto es lo que ganó el In-Edit. Bueno, mucho mejor esto que la plúmbea petardada perroflautil del "Glastonbury" de Julien Temple, si nos ponemos positivos.

Por el lado español, gana la Trapera. Lo que me hace pensar lo mismo que dijo uno sobre "Dzi Croquettes": si esto es lo que ganó en Brasil, mejor no imaginarnos lo demás. De hecho, una de las escasas películas españolas que disfruté de veras en la sección oficial de un In-Edit que yo recuerde (la de Tom Zé no cuenta: no concursaba) fue la que ganó el mismo año que "Glastonbury", y cómo me alegré de que ganara: la descacharrante historia de una banda, digamos, trash-cutre-punk de Valencia llamada Los Borbones.

El año que viene, más.