A cuenta del revuelo del pago del euro por receta, don Francesc Homs, el conseller de la presidència del govern de Catalunya, está preocupado porque acabe siendo inconstitucional respirar en catalán. Lo cual le supone una capacidad de respirar en catalán. Al mismo tiempo, el govern de Catalunya nos lanza una campaña para reciclar en catalán.
Habiendo descubierto, pues, que se pueden hacer cosas insospechadas en idiomas aparte de lo consabido (hablar, escuchar, leer, escribir, entender, pensar, razonar, comunicarse, estudiar, soñar o cantar, entre otras actividades lingüísticas), considerando que soy poseedora de un certificado oficial que deja constancia de que servidora es capaz de hacer muchas cosas en catalán, y habiendo recibido el blog visita de países exóticos nuevos, me he propuesto (despacito y buena letra, que los idiomas requieren trabajo y esfuerzo) estornudar en kazajo...
...y bostezar en tongano.
Y como resulta que tan apasionante dedicación no se me da nada mal, me estoy planteando ampliar mi abanico de actividades en idiomas exóticos. Por ejemplo, dormir en amárico...
...sonreír en caló...
...y ya que me pongo, podría incluso hacer pipí en coreano, ya que es el idioma de moda.
O sea, que el señor Homs no se imagina cómo me ha alegrado el día, como filologuilla que soy. ¡Somos multilingües! ¡Yupi!
Las chicas que nos dicen que no tiremos vasos de vidrio al contenedor del vidrio (pero que pueden ir allá los frascos de perfume, que generalmente llevan un espray hecho con un metalcito y un plastiquito) son de Barcelona y se llaman The Mamzelles. No cantan sólo en catalán...
...y en la campaña del reciclaje son monas en lingala, pero no lo saben. Ni ellas ni el govern.
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