Estoy en el centro comercial dispuesta a hacer la compra semanal. Como quien no quiere la cosa, me llevan los pies a la sección de libros de la FNAC. Encuentro un libro que acaba de publicar Diego Manrique, del cual, para variar, no tenía ni idea. Hojeándolo, me llega una canción a mis oídos. Me quedo pasmada.
No es posible, pienso.
Me acerco a la sección de música, no dando crédito a lo que estoy oyendo. Parece, será, no será, tiene pinta de ser.
Efectivamente, es.
Una canción de Nick Drake en el centro comercial.
Me quedo parada como una boba, el libro en una mano, el carrito de la compra en la otra, sin apenas percatarme de si los discos que hay en los estantes son de Patti Smith o de Justin Bieber. Estoy atrapada por la belleza melancólica de la música de Nick.
Acaba la canción y ahí sigo, parada como una boba. Comienza otra, donde Nick canta sobre el sol del sábado. Es sábado, y el sol se vislumbra entre nubes. Me va llegando una conciencia de quién soy y dónde estoy, pero no acabo de volver en mí. Camino sin rumbo por la sección de música, el libro en una mano, el carrito de la compra en la otra, Nick hablándome con su triste dulzura. En el centro comercial.
Probablemente uno de los lugares más absurdos donde se me pueda aparecer Nick Drake.
Y después de esto, acaba la música. Despierto. La rutina y el Mercadona me llaman.
Eran las últimas canciones del primer disco de Nick. Que se llama "Five Leaves Left", en referencia a la misma "hoja roja" que da título a un libro de Miguel Delibes. Por entonces, Nick era, y siguió siendo, un fumador empedernido de porros.
Se me antoja que la canción que me dejó parada en el centro comercial podría ser una premonición sobre el propio Nick. Era a la música lo que Van Gogh a la pintura: no se comieron un colín en vida pero terminaron siendo unos clásicos tras su muerte.
En el caso de Nick, su música fue a parar a bandas sonoras de películas americanas. Esta es de "Garden State"...
...y esta otra es de "Serendipity". Probablemente, esta es la canción más famosa de Nick. En ella, aparece John Cale el ex-Velvet tocando el piano, el órgano y la celesta.
Por cierto, los Planetas la versionearon en español.
Estas son canciones del siguiente disco de Nick, cuyo título puede aludir a nuestros tiempos de crisis: brighter, later. La luz, al final del túnel. Pero el later de Nick no fue brighter. Por mucho potencial como hits populares que tuvieran sus canciones incluso en su tiempo, los primeros 70 (con cantautores como James Taylor, o Joni Mitchell, o incluso la carne de radiofórmula Don McLean), Nick pasaba total de los condicionamientos de la fama y el éxito, empezando por tener que tocar en directo; sufría de depresión, estaba bajo tratamiento psiquiátrico, dejó la música tras el tercer álbum, volvió a casa de sus padres, y llegó a hacer un conato de cuarto álbum poco antes de que se matara a pastillas a la edad de 26 años.
Y después, la reivindicación a través de fans célebres como Elton John, que ya hizo apostolado de él cuando vivía. O como Robert Smith, quien, según se cuenta, puso a su banda The Cure por la letra de la canción que abre "Five Leaves Left":
Sin embargo, por mucho que le hayan utilizado hasta para anunciar coches...
...es significativo que, en este país del "Bruce Esprin... como se llame", fueran los Planetas y no La Oreja o el Alborán quienes le versionearan, o que fuera Russian Red quien le haya nombrado en el título de una canción: al contrario que el archipopularísimo Van Gogh, dudo que el nombre "Nick Drake" siquiera suene a la gente que no sea los raritos hipsters de turno. Y entre los raritos hipsters de turno, Nick Drake es lo más, como la Velvet o los Cure, ya que los hemos mencionado.
Por eso, porque es un icono hipster, no me podía creer lo de esta mañana. Aquí otra del "Five Leaves Left" que también me puede dejar parada como una boba si la oigo por ahí.
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