He acabado el curso de tuiteros en red (bueno, tutores en red). El curso, realmente apasionante, pero dio mucho trabajo y por ende llevó mucho tiempo, y como no me puedo quitar lo que tengo que hacer sí o sí, pues lo tengo que hacer en mi tiempo libre, o sea, por la noche (y en vacaciones, con la tablet gastando datos cuando no había wifi); y así, ni leo, ni blogueo (si acaso, tuiteo), ni veo cine, ni nada: ni siquiera duermo.
Eso sí: era por sarna con gusto. Peor lo llevan los que no pueden dormir aunque quieran.
Aunque los hay afortunados, que duermen con el ruido de la circulación, en el asiento del autobús... En eso, los chinos son especialistas: duermen literalmente en cualquier parte. Un ejemplo que he encontrado por ahí:
Los hay quien sueñan a menudo; los habemos que sólo de ciento en viento...
Y con eso de que duermo poco, no estoy para hacer una de las cosas que más me gustan en esta vida, que es remolonear...
Pero en fin, ¡que vuelvo a dormir otra vez!
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