En todo este tiempo sin escribir, disfruté de los conciertos de dos zumbados de la música: Adriana Calcanhotto y Jonathan Richman.
Me niego a ir al concierto de Daniel Johnston que programan para hoy en el Bikini. Por mucho que me gusten sus canciones (que conozco desde la college radio de mediados de los 80), es un enfermo mental de los de veras.
Vale que, como dice Ignacio Julià, sus canciones surjan de su enfermedad mental; pero sacarle de giras (ayer actuó en La Casa Encendida de Madrid, que también expone sus dibujos) me recuerda a los shows de freaks. Aquí el hombre elefante, aquí la mujer barbuda, aquí el loco gordo con lamparones en la camiseta que no encuentra la salida del escenario. La mera idea me resulta francamente horrible.
Pero qué buenas canciones. Toma esto, Bruce Springsteen.
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