No lo echo de menos, en absoluto. Ni la víscera ni el raca-raca ni las masas abanderadas en la calle. Ni siquiera echo de menos que hoy (ayer en Barcelona) sea fiesta y no tenga que ir a currar.
Es más: estoy encantada de estar a un océano de distancia del raca-raca.
Ojalá que en Raca-raca-landia se dejen de raca-racas y vuelvan a los paisajes. Aunque al paso que vamos, lo dudo, lo dudo, lo duuuudooooooo...
...pero, como cantaba Shakira antes del Futbolista Raca-Raca, no se puede vivir con tanto veneno. Que ya está bien.
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