jueves, 3 de noviembre de 2011

La alegría de vivir

Hoy cae en el In-Edit la enésima de Clint Eastwood sobre música. Ya nos sabemos los ingredientes: el cineasta entrevista al sujeto, a otros músicos con los que habla del sujeto, y presencia interpretaciones de temas del sujeto a cargo del mismo sujeto o de otros.

Esta vez, el sujeto se sale de la película. Es Dave Brubeck, pianista de jazz con bagage clásico heredado de su madre y su profesor, el compositor francés Darius Milhaud; asimismo, uno de los primeros músicos de jazz en ser portada de la revista "Time", y probablemente el primero (el "Hello Dolly" de Louis Armstrong apareció unos años más tarde) en entrar en las listas de éxitos populares con un tema como este...



...que se incluye en un álbum como este, a la vez experimental y accesible, donde el cuarteto de Brubeck escapa de la tiranía del 4/4 utilizando ritmos como el 5/4 del tema anterior o el 9/8 del motivo del siguiente, inspirado en la música popular turca:



La película celebra la música de Brubeck, coincidiendo con su 90 cumpleaños, que se dice pronto. Supongo que en parte son los genes los que hacen que alguien llegue a esa edad con una buena cabeza y en activo. Supongo que también contribuye el creer en el cielo y encontrarlo en la tierra: Brubeck halló el cielo a través del jazz. Y por encima de todo, supongo que contribuye el disfrutar como un loco con lo que tiene: su mujer de 65 años de matrimonio, sus seis hijos (tres de ellos, músicos de jazz) y su música: ahí le tienes, con una sonrisa de oreja a oreja pasándoselo como un enano con su piano.

Y con su expansividad e inspiración en otras músicas y en la vida (un tema está basado en el canto de un pájaro; otro, en los camiones de los soldados que cruzaban el Rhin durante la Segunda Guerra Mundial donde combatió; él mismo cuenta entre las fuentes de su música las vacas del rancho de su padre), la música refleja ese disfrute. Es pura alegría de vivir que invade la película: tal alegría de vivir que llegas a tragarte con gusto incluso al Emerson de Emerson, Lake and Palmer. Después de esto, el recorrido por la música napolitana que hace la película "Passione" (una serie de cuasi-videoclips con canciones pretendidamente pasionales pero terriblemente gritonas y estética "Buena Vista Social Club" sin apenas relato) suena más falso que Judas.

Aquí una escena del documental sobre Brubeck:



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