Acaba de salir el último de Marisa Monte, como quien dice, y ya está tanto en el Grooveshark como en el Spotify. Esta es la canción que le da título...
...que ya grabó anteriormente Arnaldo Antunes, su compañero de "tribalismo".
No me gustó el disco de los Tribalistas (el otro es el pelma de Carlinhos Brown, que también compone en el último de Marisa). Parecía que iba a ser una versión remozada del rollito del cuarteto bahiano (que tampoco es que haya envejecido bien, precisamente)...
...y resultó cursi demais, o sea, empalagoso hasta decir chega: a pesar de lo cual, acabé cogiendo cariño a esta canción por asociación con mi primer viaje a Los Ángeles.
Y me sorprendió que viniera con tamaño pastelón Arnaldo Antunes, ex-vocalista del grupo de rock Titãs, con antecedentes penales por heroína...
...y que siguió dándole a sonidos duros en solitario, y ese fue el Antunes que conocí.
Y luego nos viene con los Tribalistas. Me da el efecto que le cursificó Marisa Monte.
Que es una cursi.
Y a pesar de todo, pastelones con tanto edulcorante como este (anterior a los Tribalistas, compuesto por Marisa y Carlinhos; el que recita un fragmento de "El primo Basílio" del escritor decimonónico portugués Eça de Queirós es Antunes)...
...me tocan la fibra.
Lo nuevo de Marisa es más de lo de siempre, excepto que no hay samba, pero hay forró.
También hay pastelones a lo Roberto Carlos, una vez más.
Y canciones que suenan a ya oído; esta podría estar en "Infinito particular", por ejemplo.
Y sin embargo, me gusta el disco, quizá no tanto como el que lleva "Amor, I love you", pero al igual que este, o que el mismo Roberto Carlos (en portugués, siempre), me saca el lado cursi, que también lo tengo, aunque no lo reconozca como reconozco el lado hortera.
¡Venga azúcar!
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