Acaba mi In-Edit con dos tutes.
De las tres del sábado, dos en principio tan diferentes como el día y la noche tienen un elemento común: la fe en la capacidad del ser humano de levantarse, superarse y redimirse, "with a little help from my friends", que, después de todo, son los que tienen la fe.
La primera es "Last Days Here". Esta resulta ser la que ganó el premio al mejor documental internacional: para las escasas películas de la sección oficial que he visto, he tenido suerte. En ella, un chico oye un disco de un grupo oscuro de heavy de los 70 llamado Pentagram que le cambia la vida.
Se entera de que el cantante, Bobby Liebling, lleva años y años consumiéndose en heroína y crack en el sótano de casa de sus padres. El chico le visita emperrado en reconstruir Pentagram para que realicen conciertos. Lo cual resulta una hazaña ímproba ya que los dos últimos conciertos fueron desastres totales: en uno, Liebling no aparece hasta el final de la última canción, obligando al resto de la banda a hacer "un karaoke de Pentagram"; en otro, sale a escena y no se tiene en pie, literalmente. La película muestra que la perseverancia da sus frutos y que el humano puede contribuir a la salvación del prójimo, por muy imposible que parezca. Y luego dicen que la sociedad está desprovista de valores. Esta es una lección moral de visionado obligado en los institutos de bachillerato. Aquí una escena.
La otra película es "Benda Bilili!", sobre el grupo congoleño de afectados por la polio que ensayan en el zoo de Kinshasa y, tras arder el albergue donde se alojaban, viven en la calle. Los componentes, a los que se añade un descubrimiento del equipo (europeo) del documental, un chaval hijo de mujer maltratada que toca un instrumento hecho con un bote, una rama y una cuerda de guitarra, se ven arrastrados tanto por el entusiasmo y la ética de trabajo de su líder, Papa Ricky, como por la mano que les echan los europeos, que les facilitan la grabación de un disco y les procuran un bolo en un festival de rock en Francia. Y así, Staff Benda Bilili pasan de dormir en cartones en la calle a realizar una exitosa gira por varios países de Europa. Otra película que muestra que con esfuerzo, perseverancia y pies en la tierra (además de la ayudita de los amigos) se pueden realizar los sueños.
La tercera película, "Reggae Got Soul", parece un vídeo promocional del disco de Toots and the Maytals con invitados, "True Love". O si no lo es, da la casualidad de que aparecen algunos de los invitados (Bonnie Raitt, Keith Richards, Eric Clapton) entre las celebrities que se deshacen en elogios a Toots, mientras vemos una Jamaica de postal superidílica: un remanso de paz de colores vivos y aguas cristalinas, vaya. Indiscutiblemente, Toots es enorme. Pero la película es una de esas hagiografías que obvian lo feo (el "54-46" de la canción fue el número de presidiario de Toots, o Trench Town no es precisamente Sarrià, por poner unos ejemplos). La hace la BBC: nadie es perfecto.
Y pasamos al tute del domingo.
Julien Temple hizo una película por cada hermano Davies de los Kinks. Por combinatoria de horarios y cosas de la vida, no puedo ver las dos, así que elijo la de Dave, el que no "necesitamos como a la sanidad pública" (como se ha dicho de Ray), pero cuyo rechazo al sonido limpio de la guitarra amplificada dio origen a unos guitarrazos, los de "You Really Got Me", fundamentales en la evolución del rock. Dave cuenta su lado de la historia, la suya y la de los Kinks, sus años salvajes (a la tierna edad de 15 años, su nombre se asocia con los de Brian Jones y Keith Moon), su crisis de alucinaciones a consecuencia de demasiadas drogas, su curación a través del misticismo y la meditación, y, claro, su rivalidad con Ray (de quien dice: "es un gilipollas pero estoy agradecido de que sea mi hermano porque me ha dado otra perspectiva de la vida", o algo así). Habrá que ver la película sobre Ray en algún momento.
Los Kinks inspiraron el primer single de los Who como los Who. Canción esta que Pete Townshend calificó de "infantil". Viva la infancia.
Ya habían publicado un disco como The High Numbers, con la canción que se conoció en España como "Mangas cortas" por los Elegantes.
Una de las películas con las que he disfrutado más en este In-Edit es "Amazing Journey", la historia de los Who narrada por Murray Lerner como si fuera un doble LP con notas en portada y títulos de canciones extraídos de letras de la banda. De hecho, son los mismos Who y asociados los que se narran, con alguna intervención de famosos como Sting, The Edge o Noel "¡'Tommy' es una puta mierda de película!" Gallagher. Y narran sus glorias, pero también sus miserias: la breve salida de Roger Daltrey de la banda, cansado de que las anfetaminas le estropearan la voz; el resentimiento con Hendrix ("el nuevo" de la casa de discos del manager de los Who) por robarles el show en Monterey; el complejo de mesías de Pete Townshend (nadie podía "salvar el grupo" salvo él: consecuentemente, pasan de ser el fantástico grupo de singles "infantiles" a ser el grupo plúmbeo que devino a partir de "Tommy"); lo mal que les sienta la llegada del punk (que abomina de dinosaurios como ellos mientras los Sex Pistols versionean uno de sus temas "infantiles")...
...y el descerebramiento de Keith Moon y después John Entwistle (los que murieron antes de envejecer, dejando trastocados emocionalmente a Daltrey y Townshend), y la tragedia de Cincinnati...
Películas como esta dan razón de ser a festivales de documental musical. Por cierto: todo el cine aplaudió a rabiar con las escenas sacadas de esta actuación televisiva:
La directora de "O samba que mora em mim" (premio especial del jurado: ¡qué ojo que he tenido!) dice que es una película sobre personas. De hecho, muchas de las mejores películas del In-Edit de todos los tiempos (por ejemplo, "Last Days Here", sin ir más lejos) van sobre personas. Esta trata del día a día en el morro de Mangueira en Rio, con historias que cuentan sus habitantes. Indefectiblemente, me acuerdo de "Samba", el libro donde la mexicana Alma Guillermoprieto habla de su estancia en Mangueira como participante en el desfile del carnaval. El libro describe tanto los buenos momentos como la violencia y la problemática de la vida en la favela; la película muestra la cara amable, pero no cierra los ojos a los problemas (embarazos juveniles, mujeres abandonadas, narcotráfico, asesinatos, seguratas que dan "disciplina a los indisciplinados", entendeu?: tiemblo de pensar en lo que estou entendendo). Y, claro, música: samba de enredo y bailes funk.
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