domingo, 31 de agosto de 2014

Canciones para un verano monocanción

Algunos momentos musicales de mi verano particular 2014, y dejémonos del plasta del Enriquín:

El Mesías. Me lo estoy aprendiendo. Me he acordado de la madre de Georg Friedrich varias veces: la pieza es difícil hasta decir basta. Pero bueno, quieres caldo toma dos tazas, sarna con gusto, and the glory of the Lord shall be revealed. 



Lo más parecido que ha habido para mí a canción del verano 2014 ha sido la de un anuncio de chicle. Estos son unos franceses que hacen punk de garaje (déjà écouté, pero igualmente); su disco de debut, de este año, comienza con este tema con título de año revolucionario:



Varias en Portugal. Hay una "radio Amália Rodrigues", en serio. Cuando la pillamos, salió esta versión de un tema italiano:





Me vuelve a parecer que la música portuguesa es esa gran desconocida. Esto se parece más a Dylan que a Amália; el que lo canta no es precisamente un recién llegado.



Más en portugués, pero del otro lado del charco: la historia de un ratón que se quería casar, coincidiendo con que tuvimos boda sorpresa.



En un idioma primo hermano, el gallego, oí una vez en Radio 3 esta especie de maridaje galaico-brasileiro en forma de versión de Andrés do Barro.





Esta la pillo en una emisora portuguesa normal (normal, no cool de Estambul).



Y la canción de la anécdota del libro musical del verano, que era una historia de la música (y la cultura) disco que nos viene con el discurso de "se hizo comercial y mainstream y se acabó la gracia" (pues vale, señor Cool de Estambul), pero el señor Cool de Estambul, aparte de ser un hacha para describir la música con palabras, nos recuerda una famosa anécdota de Chic, que se llamaron Chic porque eran fans de Kiss (los de las caras pintadas) y Chic es Kiss al revés.

(Los Kiss de las caras pintadas tienen una canción con cierto toque disco, ahora que lo pienso.)



Es nochevieja en el Nueva York del año del punk, el apagón y el Hijo de Sam, 1977. Bernard y Nile alias Chic han quedado con Grace Jones para colaborar con ella en el Studio 54, la discoteca de moda famosa en el mundo mundial. Ellos están encantados, vestidos de marca para la ocasión, y resulta que no están en la lista de invitados, no les dejan entrar por mucho que insistieran, que insistieron mucho, y, para colmo, Grace Jones como que se olvida de ellos, o, por lo que sea, no se enteró de la movida. Fuera, Nueva York, nochevieja, está nevando. Bernard y Nile, tras esperar y esperar y encontrar que se iban a quedar en la puta calle, con sus zapatos de marca empapados de la nieve, deciden pertrecharse de champán, marihuana y cocaína y pasar la frustración en casa. Donde empiezan a liarse con una jam en la que se ponen a tocar y a cantar "que le den al Studio 54". En un momento dado, Bernard le dice a Nile que, ostras, la música no está nada mal, y cambian el "fuck off" de la letra original por "freak out": nace un bombazo de la música negra estadounidense de la segunda mitad del siglo XX.



Y en el siglo XXI... pues también hay quien nos alegra la vida. Pony Bravo, por ejemplo, y reiteradamente.



PD Kate Bush vuelve a los escenarios tras 35 años. Se ha hartado de ver demasiados dispositivos electrónicos desde el escenario. Se comprende. Ver caras y cuerpos de fans mola mucho más.



viernes, 29 de agosto de 2014

Un verano monocanción

Este verano ha sido especialmente entretenido, es un decir: seguro que me olvido de algo, pero nos ha traido la barbarie yihadista, el enésimo capítulo del conflicto árabe-israelí, el ébola, el suma y sigue de Ucrania, el veto ruso a los productos europeos, lo del chico de Ferguson, Jordi Pujol y familia, el pederasta de Ciudad Lineal, Mariano y Angie-I-Still-Love-You en el camino de Santiago, María Teresa y Bigote en las portadas de la prensa rosa.

Mireia Belmonte y las deportistas (chicas) campeonas de Europa, como cantaban las de waterpolo con la melodía (el riff, de hecho) de una cuyo autor seguro que no contaba con que se convertiría en un himno futbolero y deportivo.



Necrológicas: Lauren Bacall, Robin Williams (Robin, no Robbie: se han confundido unos cuantos, entre ellos, se dice, Mariano.)



En lo que respecta a música, aparte de quedarnos sin Ramones originales (y con una película ramoniana de Scorsese en proyecto, cielos)...



...y de que Peret está de parranda, tomando cañas...



...este ha sido un verano sin más canción del verano que esa cosa de "yo quiero estar contigo, vivir contigo, fol... esto... bailar contigo..." Coincide que este es el primer verano sin MTV en el TDT, pero da igual: acaban de pasar los premios de la MTV y resulta que el "vídeo del año" es del año pasado.



A falta de vídeos de la MTV, nos queda La Función Pública (Radio 3), particularmente el programa "180º" , con las novedades pop-rock y la sensación de déjà vu (déjà écouté, más bien) que dejan las canciones, por muy monas que puedan ser. Para colmo, el 180º acaba agosto con la escucha íntegra del muy ramoniano y muy superventas Dookie, it was 20 years ago today.



O sea, sin novedad en el frente: antiguos pero modernos, business as usual.



Por lo demás, en Burgos, tanto el Tablero como el Vagón parecían que estaban de crisis: lo más exótico del Tablero era la cantante de los madrileños Freedonia...



...y en el Vagón todo el cartel era de Burgos. No faltó el blus, con los veteranos del blus de Burgos. Esto es del año pasado pero lo de este año fue lo mismo.



O sea, que musicalmente, el verano no fue tan entretenido. Pero sí hubo momentazo: Lauryn Hill en el Rototom. (Rapael haciendo de Rapael en el Sonorama con el público del Sonorama coreando su nombre y Radio 3 llamándole de "puto amo" para arriba parece un signo de la estandarización de algo, el indie, que nunca debiera hacerse estándar, que por algo lo llaman indie.)

Aquí Lauryn en el Rototom. Viendo su concierto se me ocurre a) que la banda no está a su altura (faltan vientos, sobra ramalazo rock progresivo), b) que Lauryn Hill es la Nina Simone del siglo XXI, c) que Lauryn Hill tiene todo el sentido del mundo en el Rototom, y no precisamente porque sea madre de cinco nietos de Bob Marley, d) que se ha pasado con tantas versiones del abuelo de sus cinco hijos mayores, y que e) a pesar de todo (divismo, retraso, piel de cebra, rock progresivo), Lauryn sigue siendo una artista fantástica.