lunes, 16 de marzo de 2015

Venga, a trabajar

Acabo de empezar un curso de tutorización en red, a raíz del cual he caído como los últimos de Filipinas y me he metido en Twitter, y así, entre eso y una mala lectura con lapsus freudiano, el curso de tutores en red se me convierte en el curso de tuiteros en red.

Pues los tuiteros en red son bastante musiqueros. Se han hecho, o más bien nos estamos haciendo entre todos, una lista de Spotify con lo que nos dé la gana poner, con lo cual la lista queda muy variadita, yo pongo Azealia y él pone Serrat y el otro el pelma de Satriani y la otra los Talking Heads y me gusta la variedad, que por algo vengo de los discos dedicados. Aunque me tenga que comer Satrianis (y otros se tengan que comer Azealias).

Pues en relación con uno de los deberes del curso está la que fue canción de la semana pasada hasta la obsesión. Y la canción en cuestión tiene su historia.

Se trata de una versión de un blues que originariamente se llamaba "Let's Stick Together" y que tiene tantos años como yo.



Siete años más tarde, el blues en cuestión, que no se había comido un colín en todo este tiempo, reaparece con otro título y otra letra, esta de carácter más político y más propio de los convulsos finales de los 60, y no sólo se come colines (llega al número 32 de las listas estadounidenses)...



...sino que le llueven versiones, empezando por una banda muy jipi muy jipi, tan jipi que actuó en Woodstock.



La versión que se me convirtió en canción de la semana hasta la obsesión es esta de 1990 a cargo de un vaquero roquero.



Y la han versioneado unos cuantos, entre ellos Dylan, cómo no (pero en su versión original sobre la necesidad de mantener un matrimonio unido)...



...e incluso esta curiosa astracanada (versión trabajemos juntos).



Y andábamos con el vaquero roquero y los tuiteros en red cuando en esto que... vaya, que me quiere sonar la canción de haberla oído hace milenios como en Los 40 Principales de hace 40 años o en los coches de choque también de hace 40 años o algo así. Y en esto que, hurgando hurgando (el internet hace maravillas) me encuentro con la versión que me quería sonar, que es esta (versión matrimonio unido, consider the child): no andaba tan a desmano, 40 Principales, coches de choque, pata de elefante y todo muy glam.

Y ya me vale de monocanción. A trabajar (juntos, claro).