lunes, 30 de noviembre de 2015

Otro mes en Inferno City

Me estoy acordando del disco de Fangoria "Una temporada en el infierno".



También me estoy acordando de uno de los varios chistes de The Far Side en el infierno.


Welcome to hell: here's your accordion. Estoy cogiendo manía al acordeón. En Inferno City sigue dominando la música sertaneja, con su prominente acordeón. Es el infierno en vida. Aunque hay también una cara más amable...



...pero en general, es infernal.

Aunque puede ser peor. El infierno de aquí, en el mejor de los casos, es sertanejo y calor continuo, con Papá Noel vestido de Papá Noel a infernales temperaturas; ...



(hay que tomárselo con humor)

...pero puede ocurrir que unos asaltantes te puedan matar en tu casa, como ocurrió con el padre de un compañero de curro, que tuvo la suerte de vivir para contarlo. Y eso no es cosa de risa.

Estoy en quintos infiernos (a más de ocho mil kilómetros, más lejos de lo que creía que estaba, y más lejos que Noel Soto...)



...y la sensación es que todo está muy lejos, en el espacio y en el tiempo.



Empiezo a leer crónicas de los discos más destacados de 2015 y están muy lejos Laura Marling y Kendrick Lamar. Está muy lejos mi verano en Cambridge, del que me acordé oyendo en el súper una canción de las del aguagym barcelonés con la que pegué botes con una húngara; no sé cómo se titula ni de quién es. Está muy lejos París,...



...tan lejos como Mali, uno de esos lugares donde pasa algo más que un atentado con muertos un día, aunque también en París ha habido varios atentados con muertos este año. Una de las películas que pusieron en el In-Edit 2015, a más de ocho mil kilómetros de aquí, trataba de músicos malienses que sufren la barbarie antimusical y anticivilización en general de salvajes como los que perpetraron la masacre en el Bataclan y otros puntos de París. El título del documental: "Antes nos tendrán que matar". El exilio antes de dejar de tocar música, esa abominación que se castiga con la muerte. Eso los que pudieron exiliarse, imagino.



En fin, que en Inferno City no se está tan mal, parafraseando la canción de Víctor Manuel donde reivindica la libertad personal frente a los dogmas religiosos por obligación sí o sí (colabora Mike Rivers: no me acordaba).



Eso, lo de no estar tan mal, a pesar del calor infernal y el igualmente infernal sertanejo: como alternativa, chu, chá, chá, chu-chá con kilos de autotune. Ejemplo: la horteradita de este fin de semana.



Como ejemplo de alegría en Inferno City: la exposición de la Bienal de São Paulo que tiene lugar estos días. Y en concreto, la grandísima alegría musical de oír a Roberto Carlos el yeyé dentro de una instalación del artista fluminense trasplantado a Bahía Arthur Scovino. Ahí una foto de la instalación, con portadas de discos de Roberto y de Gal en la pared.




Y en medio de la normalidad del sertanejo y el chu-chá con algo de samba por medio...



...no me entero por aquí de otras cosas que pasan musicalmente en el país donde vivo. Como el último de esa banda psicodélica de Goiânia (al lado de Inferno City, como quien dice) con el mulato de afro a lo Hendrix que le cantaba a Lucifernandis. Será que conectan más con los indies de Londres...



Eso sí, me entero de la lata que dan con el último de Adele, que no le veo tanta gracia y me sigue pareciendo una pelmaza. Parece que con Papá Noel llega la campaña navideña. Hale, a ensayar para mi próximo evento musical si es que se da, es decir, villancicos españoles: "Hacia Belén va una burra rin rin, yo me remendaba, yo me remendé..." Igualito igualito que El Mesías del año pasado, que me queda casi tan lejano como la sensación de lejanía que me dio cuando oí de la reedición del disco de Cancer Moon del año olímpico 1992 en el año preolímpico 2015, mucho Iggy Stooge y en inglés, ningún acordeón.



Y acabo con un hit del curro: me la da a conocer la Itziar en el Facebook, la pongo en el Facebook del curro, y les encantó a los brasileños. Tiene cierto toque sudamericano; tal vez sea por eso. O porque la vendí como canción para repasar el subjuntivo en español.