lunes, 5 de junio de 2017

Primavera, sofá, patios

El Primavera en el sofá. Da igual que el sofá esté a 5, a 500 o a 8000 kilómetros del Primavera: llega el Primavera al sofá. No llegan los grandes nombres exactamente (Arcade Fire no llega este año, aunque sí llegó en otra edición), y tampoco en directo exactamente, pero las entradas se agotaron antes de empezar el festival e igualmente los precios son un poco estratosféricos...

...pero en fin, que lo que me llegó ha sido:

Comentaristas en inglés, English only: significativo.

Lo del viernes: Whitney. Una banda de americana (trazas de Neil Young) donde canta el batería con voz de chica. Hacen música muy agradable y muy, ¿cómo traducir "tame"? (Lo más parecido, inofensiva).



Lo del sábado: 

The Descendents: Comenzamos con los viejos punkeros hardcoretas californianos mostrando poderío en el año del 40 aniversario tanto del punk como de los Descendents. Recordándome un hit del periplo americano de hace 30 años, dónde estaba yo en el 87...



The Make-Up: Otros viejos punkeros (sector garajeros-new wave) con poderío (muuuuuuuchas trazas de Iggy Pop) e impagables trajes dorados.



Run the Jewels: Una de hip-hop, otra música que cumple 40 años o algo así. Venga poderío.



Tycho: Hacen música atmosférica con guitarras con mucho reverb que recuerdan mucho a los 80 (tipo The Church). Ambiental, vamos. (Para variar de poderío.)

Songhoy Blues: Música maliense eléctrica, para que luego no se diga que el Primavera es anglófilo. (Lo es. Muy anglófilo y mucho anglófilo. Es lo que ha predominado y predomina. Con toda la cuota world music que pongan.) Muy blues y mucho funky. La alegría de la huerta (y Mali sigue mal).



Weyes Blood: la cantautora cool de turno, o sea, lo que fue la Cat Power en tiempos y la Joni Mitchell en más tiempos. También parte de la tradición folk americana, se le ven las técnicas vocales para remover emociones tanto como a Adele, y sus requiebros canoros me traen a la memoria la misma Joni Mitchell, Enya, incluso Marisa Monte. Igualmente, me funciona como me funcionaba Sharon Van Etten hace tres Primaveras.



Angel Olsen. Me duermo: consecuencia lógica de la hora, el efecto sofá y la provecta edad de servidora. La chica sale con un vestido blanco tipo alfombra roja de Cannes y taconsito plateao. Tiene un deje rocanrol a la Chrissie Hynde o The Motels, y le sale cierta ululación vocal estilo Kristin Hersh; pero también nos sale con baladas a cual más baladorra (lo cual coadyuva al estado de amodorramiento general), y lo de la risita nerviosa como que resulta excesiva. Igualmente, muy mona, ella y su música.



Domingo en el Primavera de gorra. El de gorra, desde el año pasado o así, dejó de ser en la Ciutadella y tiene lugar en los patios del CCCB/Macba, o sea, donde se hacía el Sónar de Día en tiempos. Hay tres escenarios. El Day Pro está prácticamente íntegramente dedicado a la escena brasileña que no te encontrabas fácilmente en Brasil, con excepción de la chiquita de la canción de meu coração acelera que se oía en todas partes en el periplo brasileño y de la que me enamoré a primera escucha. Para que luego no se diga que el Primavera es etc etc. La cosa empieza a las 12.00 de la mañana, un horario bien tranquilo, cuatro gatos con sus niños.


Y los que tocan para los cuatro gatos con sus niños son un grupo de música de baile instrumental con guitarra y batería de veras (tocada ésta última por una chica) cuyo nombre me entusiasma, Aeromoças e Tenistas Russas (asociación: imaginemos que los tropicalistas hubieran metido en la mezcla a Orbital). Para comenzar una jornada de bailongo, genial. Se despiden con un "fora Temer". Brasil, 2017.

Vino después la chiquita de meu coração acelera perjudicada de garganta, lo cual no quita para que la chica parezca estar muy verde en escena, a lo cual se añade una ropa nada favorecedora. Y a pesar de todo, ella nos trajo el momento M del Primavera de gorra del domingo: llega la canción famosa, para la cual cuenta, a pie de público, con la ayuda de un chico vestido con camiseta de Frida Kahlo (un hit en Brasil, la Frida) pero igualmente pregunta si hay alguien que se sabe la canción: hay unos cuantos brasileños y yo. Y llega el estribillo y la chica nos pone a cantarlo: e quando chega a noite, eu não consigo dormir, meu coração acelera, y efectivamente, el coração acelera. Qué bonito es cantar juntos.


No voy a poner la de meu coração acelera otra vez, ¿no? Esta es de este año.



Los niños, encantados. Mientras tanto, en habiendo papás con niños, en el otro escenario colocan a un grupo que pone música a poemas de Gloria Fuertes. Lo cual, lo uno y lo otro, me reafirma en mi idea sobre la música específicamente para niños. Ponles música que no sea de niños, que la disfrutan igual o más. Y que nos ahorren la ñoñería de las canciones infantiles, también las destinadas a niños hipsters. Porfa.

Eso por la mañana. Por la tarde-noche llego a los Make-Up, que se meten en el bolsillo a una peña cuya media de edad podría ser la de sus hijos, con su new wave punky-garaje, la actitud Iggy de Svenonius (aparecía en el escenario, desaparecía de entre el público, volvía a aparecer sostenido por él como el Iggy de la mantequilla de cacahuete, y mientras tanto canta y salta y grita y gesticula como si no hubiera mañana) y los trajes de la banda, que a la última luz del día se veían rosas metalizados, lo cual resulta aún más impagable.


Mientras se preparaba el escenario para ellos, en el Day Pro siguen brasileños. Es el turno de Liniker e Os Caramelows, una banda negra cuyo cantante parecía que iba vestido de flamenca. Asociación: Tim Maia. Se ven un par de carteles de "Fora Temer" entre el público.



El fin de fiesta, como los del Sónar de Día en el mismo recinto, era bailongo: !!!. Que esta vez se traen una negra en minishort que canta y perrea (exactamente, suena fatal). Igualmente, van a lo que van, que es a ponernos los culos en movimiento. Pero, ay, este no es el público del Sónar, que eran los que realmente me animaban al bailoteo. Aquí hay bailones, pero también los hay que parecen de Burgos. Y la queja de los bailones de Burgos es y ha sido que en Burgos la gente no baila. Aún se ve algún niño por ahí.

Camisetas que se veían, Primavera 2017: Smiths. Black Sabbath. Motorhead. Ramones. Hendrix. El plátano de Warhol. El dibujo de Unknown Pleasures, pero en lugar de poner Joy Division Unknown Pleasures pone Rocío Jurado Como una ola. Lo único moderno: Sleaford Mods. Ay qué viejuna que se nos pone la juventú.




jueves, 19 de enero de 2017

It was 20 years ago today (otra vez)

No sé cuántas veces he formulado y reformulado ese verso de los Beatles en el blog (coitadinho) y nunca he puesto la canción. Lo cual, por otra parte, indica cierta rabia hacia el album...



El caso es que acabo de ver esto en El País. Venga, otra vez, un, dos, tres: "It was 20 years ago today..."

Hace 20 años era 1997, y parece que fue ayer mismo. Considerando que he estado hablando últimamente de "hace 30 años", it was 30 years ago yesterday.

1997 fue el año en que me rompí la pata, me fui a Áfríca y se mató la Lady Di. La parte que me concernía a mí (y no a la difunta princesa de Gales) me trajo mucha música. Entre la cual, varios de los hits de El País. Asociado a "Bittersweet Symphony" (que en El País llaman "Bitter Sweet Family", a saber si es un lapsus en relación con la familia Cherry, mencionada justo antes), eso, que asociado a "Bittersweet Symphony" en tiempo (1987) y lugar (el Mármedi de Burgos, que hace un tiempo que se llama el Paripé) está este disco de Cornershop, que personalmente es uno de los discos que pondría en la lista de hits. Aquí el hit del disco. El vídeo es super-cuqui y además vintage revintage (o sea, de hace 20 años).



Y me alegro mucho de que aparezca en la lista de El País esa que yo cantaba como "samba e futebol, pa-pa-pa-pá, papa-pááááápa-pá..."



(como dice la cumbia, "yo no olvido el año viejo". A 8000 kilómetros hacia el sudoeste, lo llaman saudade.)



En fin, que estamos de revival (en general: me temo que lo del "La La Land" es más del revival de lo mismo, pero hay que verlo), y toca 1997, el año africano... Este es uno de los discos del verano senegalés del 97: una remezcla de un disco de 1996, que salió, la remezcla, en 1997 y lo petó. En cassette. El cassette era una cosa normal para oir música, no una cosa cuqui para decoración vintage.



Y el año de la pata. Creo recordar que estaba cantando esta de otro disco del 97 cuando me rompí la pata.



Me comí Bowie por un tubo y otro más. Seguimos sin olvidar el año viejo: uno de los difuntos 2016 cantándole al Nobel de literatura 2016.



Volviendo al 97 con la pata quebrada, también me comí Mamas and Papas...



...así como mucho ABBA (una para variar de las de siempre)...



...y mucha marcha para la pata (cuatro pisos reptando parriba, cuatro pisos a culocross pabajo para acceder a la marcha), por este lado del charco...



...y por el otro. Aquí me pongo cuqui con un tema bossa nova (los 8000 kilómetros de nuevo) que sirve de fondo a un vídeo de patitos, muy cuqui.



Y eso, que toca algo africano del 97, ¿no?



Por cierto: el "Wannabe" de las Spice Girls es de 1996. Esto que viene, de mi pata 97, tampoco es del 97. y lo de Bowie mucho menos.

Feliz... ¿cómo era, 2017?