sábado, 25 de abril de 2015

All the people who died, died



En esta época tan loca en la que con tanto frenesí tuiteo y no blogueo (de ahí que acabo de plantificar un widget de tuits en el blog), no ha parado de haber noticias sobre muertes: los ahogados en el Mediterráneo, los pasajeros del avión de Germanwings a los que mató el copiloto, Abel el profe al que mató un niño de 13 años; en lo que respecta a la música, Sergio el de Estíbaliz, Moncho Alpuente el del hombre del 600, Cifu el del jazz.



Percy Sledge when a man loves a woman, Richard Anthony et j'entends siffler le train. (Raymond Carr, Oliveira, Galeano, Günter Grass, y suma y sigue.)



Y mientras tanto, se estrena el documental sobre probablemente el difunto más célebre del rocanrol de los 90, 21 años después de que la "broma" de la canción que sigue (el difunto dixit) dejara de serlo.





El cual documental es un relato cronológico compuesto mayoritariamente por fotos, vídeos caseros y menos caseros, grabaciones y animaciones basadas en dibujos y entradas de los diarios de Kurt Cobain, donde el director reconoce una obvia influencia de "El muro", la película de Pink Floyd. Falta gente (notablemente, Tobi Vail, la chica detrás de "Nevermind", y los baterías de Nirvana, incluido Dave Grohl); el contexto histórico aparece raro, cuando aparece (Ronald Reagan "pasaba por aquí"; ¿hubo década de los 60 en Aberdeen, Washington?); pero el collage hecho documental muestra un retrato de Kurt con sus luces y sus sombras: el niño monísimo que no para quieto (y al que medican por ello), y que a raíz del legendary divorce, el de sus padres, se vuelve insoportable, la toma con sus hermanos y la familia no puede con él...



...con lo que el chico va de la ceca a la meca, y luego se queja de que lo rechazan (lo mismo que pasa con su futura esposa: en el documental, la Courtney de ahora comenta que tomó heroína estando embarazada, y luego montan el pollo cuando Lynn Hirschberg publica el artículo donde dice eso mismo: were they asking for it, como dice la canción. Aunque bien es cierto que el artículo tenía mucha brocha gorda: por ejemplo, Courtney no le inició a Kurt en la heroína, precisamente); ...



...el chico ambicioso al que la fama ¡a nivel planetario! le llega demasiado pronto como para asimilarla (ya se lo advirtió su madre al oir el "Nevermind" por primera vez); el chaval de gran sentido del humor que no soporta la humillación, hasta el extremo de llevar a cabo intentos de suicidio (uno de muy joven, cuando tras una ocasión frustrada de perder la virginidad con una chica gordita de pocas luces, los chicos de su clase le llamaban "follasubnormales"; otro, los rohipnoles de Roma al enterarse de que Courtney tenía intención de serle infiel); el padre al que se le cae la baba con su hija, productora ejecutiva de este documental: no debió de haber sido plato de buen gusto para ella ver esas imágenes de su padre catatónico de jaco pegándose cabezazos contra la pared (aunque también debe de estar curada de espanto, con la madre que tiene...)

Y por encima de todo, la música, y la energía violenta y el amasijo de cuerpos en los conciertos. Esto no lo vemos ahora en las listas de superventas, infelizmente.