domingo, 31 de julio de 2011

Los burgaleses bailan

...en la provincia (léase bailes y verbenas).

En la capital, el bailongo es, digamos, escaso. Sí hay un espacio donde la gente baila: los conciertos del Tablero de Música (o al menos, aquellos en los que he estado) en el antiguo Hospital del Rey, actual facultad de derecho de la universidad de Burgos.

El lugar es fantástico, especialmente con buen tiempo. El escenario es un tablero de ajedrez de los de piezas de ajedrez viviente en medio de un gran patio con césped y árboles. El público es una mezcla de juventud, históricos de la noche burgalesa y papás con niños; siendo esta una ciudad de provincias, todo el mundo se conoce e incluso cada grupo tiene un lugar donde se sitúa normalmente. Los conciertos son los jueves de julio, y hay un poco de todo (aquí, unos músicos de Rajastán que tocaron en 2008)...



...pero particularmente hay una querencia por el rollo mestizo-Barcelona-Raval-manuchao-perroflauta-sound. Este año la serie de conciertos comenzó con La Troba Kung-Fú y la semana pasada actuaron Costo Rico, concierto que se recordó por el frío que hacía. No los vi; los oí en un bar y me pareció que cuando se ponen a hacer rumba catalana tal cual tenían su aquel, pero el jueves un chico que los vio comparó sus letras con las de Chenoa por "pueriles" y no le falta razón: ciertamente, no se han roto los cascos rimando manos con hermanos, por ejemplo. Aquí el lado rumbita:



Fui el jueves (afortundamente, hizo buen tiempo) y actuaron los mexicanos Los de Abajo. Tenían que viajar el mismo día a París, así que se alteró el orden del programa: primero la banda y después el DJ. Los de Abajo van de lo mismo. La diferencia con los ravaleros es que su paleta es más amplia: aparte de la tipiquísima tralla ska-punk con contenido político (una pancarta con las siglas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional decoraba el escenario), había varios ritmos latinos, desde corridos y merengue hasta batucada pasando por Santana. También sampleados. A veces, todo en la misma canción. La sección de percusión, bárbara; la de vientos, un espectáculo; el grupo iba con pantalones negros estilo charro y el trompeta iba con una camiseta de los Sex Pistols (declaración de intenciones). El personal, dando botes. Incluso yo, que no soy en absoluto aficionada al género (todo lo contrario), acabé bailando (como pude: bailar ska con artrosis sobre césped irregular no es fácil). Acaban el concierto bajando con el público y haciendo un pasacalles que me recordó las peñas de San Pedro.



Mientras recogían a toda pastilla, entra en escena el DJ Cartones, alias Manu el Cartones, que hacía relojes y otros objetos con cartón antes de ejercer de pincha en un bar. Lo que pinchó el jueves era música remember para cuarentones, especialmente de los 70 y 80, con la concesión a los niños en forma de sintonía de Bob Esponja.



Ahí caía de todo, incluso las canciones que odiábamos (en mi caso, "Olvídame y pega la vuelta") y, para dar más ambiente de verbena, un pasodoble. El lema parecía ser "mientras sea remember, todo vale". Había un grupo de fans o claca o equis que contribuía al espectáculo con sus trajes estrafalarios y una pancarta de cartón (ya que actuaba el cartonero, aunque a mí me recordó el rollo 15-M) con el mensaje "Mola mazo este temazo". La peña, cantando además de bailar. Esta en concreto fue de las más cantadas, con el pincha bajando el volumen en los momentos más predecibles, o sea, los más dados a la desafinación (uúuuúu). Muchos de los cantarines seguro que ni siquiera habían nacido cuando la canción nos representó en Eurovisión, pero como los más viejos, respondían como el perro de Pavlov ante la campanilla. Cómo somos los humanos.



viernes, 29 de julio de 2011

Finlandia

Aparece un puntito en Finlandia. Resulta que es uno de esos países cuya música me suena algo más de lo que creía, y además la hay variadita, como en los países nórdicos en general. Aparte de los ya mencionados Leningrad Cowboys (la versión finlandesa de Spinal Tap: grupo ficticio de película cómica que luego hace bolos reales), tenemos desde música clásica...



...hasta un grupo que ejerció gran influencia en los Guns N'Roses...



...pasando por rockeros de televisión musical...





...mucho jevi además de los ganadores de Eurovisión 2006...



...un Barry White en versión modernilla que tocó con la banda municipal de Barcelona...



...y, por el lado folk, unas chicas de la Karelia finlandesa...



...y un tipo de canto tradicional lapón llamado "yoik".



jueves, 28 de julio de 2011

Bailando en El Vagón

El Vagón del Castillo sigue con sus conciertos semanales, ahora los miércoles. Cae de todo. Unos cuantos pestiñazos, entre ellos un par de grupos que casualmente versionean un tema de Burning tan llorón que ni parece Burning.



Cayó también Ñaco Goñi, a quien ya vi en Burgos al menos un par de veces. Tal vez sea una impresión, pero siempre me ha parecido que en Burgos hay una especial afición al blues. El armonicista vino con el cantante y guitarrista Stevie Zee; aquí, en una actuación en Madrid.



Esta semana se arrejuntó en el miniescenario del interior del Vagón (fuera venía un viento helado que cortaba la respiración, para variar) un grupo de siete (con sección de viento, ya que hablamos) llamado Demonio González. Empiezan con una especie de charanga pop, para continuar con una versión de "Land of 1000 Dances" que sirvió, y cómo, para romper el hielo.



De hielos ya saben algo: el cantante dice que también son "de tierras frías". Concretamente de León, ciudad con un buen historial rockero en su haber (los Cardiacos, los Flechazos, el festival Purple Weekend...)



No van tanto de mods como de rocanroleros, tienen buen sonido, chulería, actitud, y se meten al público en el bolsillo (aunque el único no leonés, un argentino, se la pasa ejerciendo de estereotipo del argentino cuentero haciendo propaganda del merchandising). Especialmente cuando hacen soul, se salen. El cantante es una mezcla de Cool Jerks y El Canto del Loco si El Canto del Loco hiciera power pop.



El repertorio no soul, pues bastante irregular; versionean a Fito y Los Fitipaldis, que, como El Canto del Loco, no son santo de mi devoción; y los que dan la gracia al grupo, los vientos, no tienen el protagonismo que debieran; llega un punto en que se van, y otro en que, en escena, se la pasan bebiendo una cerveza entre los dos. En otro momento, se va el cantante a fumar y cede su puesto al argentino y al guitarra rítmica; este último canta en una versión facsímil de "Wild Horses" que, bueno, no eran los Rolin pero fue uno de los momentos estelares del concierto.



Acaban el concierto y el turno de bises (cuatro, demasiados para mi gusto: mejor quedarse con las ganas que empacharse) con una versión acelerada de un clásico cuyo título suena a "acarachú". Este es el acarachú original:



Yo acabo moviendo mi artrosis al ritmo de los números de soul: las susodichas versiones y una canción propia, "Rock & Lola" que también repitieron en el bis (esa y otras se pueden descargar en su web.) ¡Albricias! ¡Puedo bailar! Aunque sólo sea por eso, por hacerme bailar con mi pata fantástica, el concierto de Demonio González resultó memorable.

En septiembre actúan en Berlín (y, como me pasa este verano con toda la gente que viaja aunque sea a Asturias bajo la lluvia, me da el ataque de envidia cochina.) Aquí un vídeo de los de móvil de una actuación en León.



miércoles, 27 de julio de 2011

Bilbao tropical


...ya quisieran. (Quisiéramos: según la ley de Murphy, si Bilbao es tropical, se sigue que en Burgos crecen bananos y cocoteros.)



PD Hay puntito en un país igualmente asaz tropical. Aquí una canción popular de este país, tan popular que fue repetidamente masacrada en España con letras ad hoc como "yo soy español, español, español". Su título hace referencia a este fruto tan típico de los trópicos, como se puede apreciar en la siguiente fotografía:




Los del tupé peculiar que aparecen en el vídeo anterior son los Leningrad Cowboys de la película de Aki Kaurismaki.



martes, 26 de julio de 2011

Superjevi, oiga

Hoy cumple 68 años Mick Jagger, the one and only. El cual se ha juntado con Joss Stone, Damian Marley (hijo de su padre), Dave Stewart (el de los Eurythmics) y A.R. Rahman (el de la banda sonora de "Slumdog Millionaire")...



...y montan una banda que se llama SuperHeavy. El disco sale en septiembre; aquí el single de adelanto.



¿Qué caraja es esto? ¿Un toasting de Marley sobre un ritmo de reggae de toda la vida que no está mal, estropeado por la plasta de la Stone, la intervención de Jagger con una voz de cazallero que no se lame y un estribillo del montón?

Mick Jagger ya ha hecho reggae, y mucho mejor, con uno de los Wailers originales, Peter Tosh.



Tampoco es que todo lo que ha hecho el Morritos en solitario sea una caca de la vaca, precisamente. Yo tengo mucho cariño a esta canción stoniana de 2001 con Lenny Kravitz pero sin Stones.



Pero, ¿lo de SuperHeavy cuando está a punto de hacer las bodas de oro con Keith? ¿Habrá celebración del aniversario de la formación de los Rolin el año que viene? Aunque a estas alturas ya da bastante igual, con el sota, caballo y rey de los Stones aburriendo a las ovejas desde hace milenios, confieso que me lo pasé pipa viendo la maquinaria en funcionamiento en el documental de Scorsese. Si el disco de SuperHeavy es como el single, que me den la milmillonésima soporífera versión de "Satisfaction".



Más países

Pues la autopsia de Amy no determina nada y hay que esperar a las pruebas toxicológicas.

Mientras tanto, hay dos países más con puntito. Uno es Rumanía, el país del que creía que eran los de la canción del verano de 2004...



...pero, aunque la canción es en rumano, el grupo es moldavo.

Estos sí son rumanos. Se atreven con todo, desde Duke Ellington...



...hasta el himno jevi-motero por excelencia. Da igual: sea lo que sea, suena a música gitana.



El otro país con estrellita es Marruecos. Para ser un país vecino, no tengo ni idea de su música. Lo que me viene a la cabeza a bote pronto es:

Una canción que anda en una caja de cuatro discos de músicas de todo el mundo. La caja tiene un librito con explicación, pero la tengo en Barcelona, así que me quedo sin explicar.

The Master Musicians of Jajouka, que hicieron un disco de "world music" antes de llamarse "world music", bajo los auspicios de Brian Jones, ya que andamos a vueltas con "el club de los 27".



Los mejunjes del Raval de Barcelona con música gnawa.



Música gnawa de veras.



Y la constatación musical de que el estrecho de Gibraltar es demasiado estrecho: esto, más que un mejunje, es la exploración del punto común.



domingo, 24 de julio de 2011

La vida sigue igual

Ya lo dijo Julio Iglesias: gran verdad.



Encuentran muerta a Amy Winehouse ayer a las 4 de la tarde, hora británica. Un artículo aparecido hoy a las 14.09, también hora británica, cuenta que "Back to Black" es número uno en iTunes en 15 países.

Entre ellos, España. Hoy, a las 15.42, hora española, encuentro en la tienda iTunes que Amy está en los puestos 1 ("Back to Black", edición deluxe), 3 ("Back to Black", edición normal), 4 ("Frank" y "Back to Black" juntos) y 9 ("Frank") del top 10 de álbumes; también ocupa el número 6 en la lista de singles con este tema, que también es número 1 en la lista de vídeos.



Y no sólo; también los puestos 2, 5 y 6 de la lista de vídeos de iTunes están ocupados por Amy Winehouse ("Rehab", "Tears Dry on their Own" y "Love Is a Losing Game", respectivamente).

Da igual que se trate de descargas de iTunes o de objetos físicos como en tiempos de Jimi Hendrix: la vida sigue igual y la muerte sigue vendiendo. Y yo sigo sin salir de mi asombro, como cuando murió Michael Jackson y pasó, no sólo lo mismo, sino que evolucionó de superendeudado en vida a superrentable en muerte.

Quedamos a la espera de discos póstumos de Amy: por ejemplo, las famosas canciones grabadas en la isla de Santa Lucía, que su sello descartó porque Amy hacía reggae en lugar de soul. "Casualmente", su sello era Island Records, el mismo que trajo al mundo el reggae.



Pues saldrán, publicadas por Island, y el disco será superventas. Y si no, al tiempo.

La autopsia se realizará mañana. Mientras tanto, se disparan los rumores según los cuales acabó convirtiéndose en la versión extrema de la protagonista de "Rehab": le deja el novio, no lo supera, el viernes por la noche decide ahogarse en alcohol y varias clases de drogas para olvidar, y el cuerpo no aguanta, no, no, no. Su madre la vio el mismo viernes y declaró al Daily Mirror (conocido tabloide británico) que Amy parecía estar más p'allá que p'acá.

Me siguen llevando los demonios.



sábado, 23 de julio de 2011

Qué rabia

"Y ahora va y se une a ese estúpido club" (Wendy O'Connor, sobre el fallecimiento de su hijo, Kurt Cobain.)

Acaba de fallecer Amy Winehouse. Salió en las noticias: alguien llamó a una ambulancia y cuando ésta llegó a casa de Amy, la encontraron muerta. Eran las cinco de la tarde de hoy, hora española. De momento se desconocen las causas, pero no es difícil imaginárselas.

Me enteré por mi madre cuando llegué a casa de la piscina, y la reacción fue de rabia. De rabia porque se veía venir.

Aún más rabia me dio un reportaje sobre "el club de los 27" en las noticias de Telecinco, con todos los topicazos sobre los mitos, las leyendas, la vida rápida, la muerte joven y los bonitos cadáveres. ¿Por qué todavía se tiene que hacer mitología de lo que es una puta tragedia? ¿Por qué se tiene que elevar la autodestrucción a la categoría casi de santidad, a estas alturas de rocanrol?

Fuck you, Amy. Rest in peace.



La canción del verano de 1984

...pues en Burgos, 2011, no hay verano.



Por cierto, en 1984 no me acuerdo de si hubo verano en Burgos, pero fue el verano de "Escuela de calor", del concierto de Radio Futura en Miranda de Ebro porque el entonces alcalde de Burgos (el del "caso de la construcción") se negó a que se hiciera la actuación en el polideportivo municipal, con el consiguiente fletaje por parte de la organización (la Junta de Castilla y León, entonces del PSOE) de un tren que nos llevó a Miranda con comparsas de gente maquillando al personal y todo muy entretenido, por el concierto y por la movida.



También fue el verano del "Teledeum" de Els Joglars, otro espectáculo del Estival 84 de la Junta, que gracias al pollo que montó el arzobispado con el apoyo del alcalde, se tuvo que ver donde se pudo. Que fue en el patio del instituto Cardenal López de Mendoza, que se llenó hasta la bandera, como era de esperar con tanto cristo (por otro nombre, publicidad del ketchup-Christ); el escenario y las sillas (de las plegables normalitas) las tuvo que poner el ayuntamiento de Valladolid.



En el mismo Estival 84 también se programó el concierto (¿en el polideportivo municipal donde no tocó Radio Futura?) de Incidentes Genuinos, Derribos Arias y Gabinete Caligari, también bastante entretenido, a lo que contribuyó una grandísima china de hachís que nos encontramos en el suelo...





Un verano memorable, el de 1984 de Burgos. El de 2011 es el no-verano de la pata quebrada, el frío casi continuo (¡no hay derecho!) y el empapuzamiento muy a mi pesar de Ortega Cano / Aída Nízar / Tony Genil / y calaña de ese calibre. No me extraña que mi particular canción del verano de 2011 sea un anuncio de la tele... cantado por los de la canción del verano de 1984. ("Ciudadana de un lugar llamado Burgooooos..." En fin, c'est la vie. Siempre nos quedarán las piscinas cubiertas.)



viernes, 22 de julio de 2011

Country negro, blues blanco

Acabo de leer "Faking It: The Quest for Authenticity in Popular Music", que mencioné hace unos posts. El libro empieza bien; como el artículo de Dave Marsh al que me referí en el mismo post, parte de la nota de suicidio de Kurt Cobain y pasa a recordarnos la última canción de su actuación en un programa con pretensiones de autenticidad, el "MTV Unplugged" (desenchufado con enchufes, claro). Kurt la presenta como un tema escrito por uno de sus artistas favoritos, y entre él y Krist cuentan, como en broma, que Kurt quiere comprar la guitarra de dicho compositor. (No extrañaría que fuera una historia inventada: ya sabemos que Kurt no durmió debajo de ningún puente.)



Y después de esta, no hay ningún bis. Un final de poner los pelos de punta para lo que se convertiría en el primer disco póstumo de Nirvana.

Pues bien. La canción, también conocida como "In the Pines", sobre una chica que se va a un pinar "donde el sol nunca brilla" después de saber de la muerte de su marido, decapitado por un tren, no la compuso Leadbelly. Se remonta a finales del siglo XIX y ha formado parte del acervo musical popular americano desde entonces, siendo cantada tanto por negros (Leadbelly) como por blancos (aquí un ejemplo):



Leadbelly fue, a su vez, un producto de los folkloristas John y Alan Lomax (padre e hijo). En su búsqueda de "la música negra más pura" (o sea, lo más parecido al tamtam en la selva africana), pasean su prejuicio por las prisiones del sur y en 1933 descubren a Leadbelly, un convicto de asesinato que tenía una memoria prodigiosa para recordar canciones. Ahí tenían al "salvaje" con sus canciones "puramente africanas", esto es, "primitivas". Al salir de la cárcel, se convierte en sirviente de los Lomax, quienes a su vez le proporcionan bolos donde cantaría sus canciones "negras negrísimas" vestido de presidiario ante público blanco (quedándose los Lomax con más dinero de lo que estipulaba la ley); en los años 40, pasaría a formar parte de la banda sonora de la juventud izquierdosa americana junto con otros artistas folk como Woody Guthrie y Pete Seeger.

Una de las canciones que popularizó Leadbelly es esta, que se parece más a un vals que al sonido del tamtam en la selva...



...y, mira por dónde, me entero por el libro de que en el segregado sur de los Estados Unidos no había apartheid musical a principios de siglo XX; blancos y negros tocaban las mismas músicas, juntos y revueltos, y no precisamente en el porche de sus casas, sino en la calle, en bares o en bailes. El apartheid musical, que continúa ahora, llegó de la mano de casas discográficas de Nueva York, folkloristas como los Lomax o, por el contrario, los que iban en busca de "la música blanca más pura" como soporte de ideologías racistas, y las iniciativas de promover el folklore blanco más blanco por parte de Henry Ford (el de los coches, también propietario de un periódico cuyos artículos antisemitas citaba Hitler en "Mein Kampf"). Vale, ya se explica lo nada blues que a veces me resultó Leadbelly. El libro menciona a un intérprete negro, también adorado por los blancos izquierdosos aficionados a la música que se dio en llamar "folk", y esta canción tan "blues del Delta"...



...que cualquiera que la oyese sin ninguna referencia describiría como country.

Por otro lado, el libro pone como ejemplo a este blanco que canta blues:



A partir de aquí, los autores del libro reflexionan sobre la autenticidad personal, o el grado en que las canciones reflejan la vida o los sentimientos reales de los artistas, cuya aparición en la música popular norteamericana sitúan en el country y el blues de los años 30 (entonces una y la misma música), y específicamente en el éxito que tuvo la canción que sigue: Jimmie Rodgers realmente tuvo tuberculosis, y el tema, que no compuso él, se entendió como una valiente descripción de su propia enfermedad.



Conforme avanza el libro, sin embargo, la cosa empieza a flojear. El capítulo sobre el punk, centrado particularmente en el punk británico, menciona el punk americano y sus antecedentes muy de pasada, sin explicar por qué califican de "seminal" el concierto de Iggy Pop en el cine Scala de Londres (no precisamente "post-Stooges": estaban en plena grabación de "Raw Power"), al que "muchos acudieron" (no tengo el libro aquí, pero creo recordar que según Nick Kent, hubo cuatro pelagatos). Precisamente Iggy Pop me parece un claro antecedente del modo de resolver la ecuación de la autenticidad personal (es decir, salvar la distancia entre la persona que eres y la imagen de ti que reciben tus fans) que atribuyen al punk británico, siendo Sid Vicious el ejemplo más extremo: eres auténtico si vives en la vida real la imagen que proyectas. Tal vez Iggy Pop nunca llegó a borrar al ciudadano Jim Osterberg del modo en que Sid Vicious borró a John Simon Ritchie, pero lo de Iggy cayéndose por los suelos en las calles de puro perjudicado (el "search and destroy" aplicado a sí mismo) me resulta muy similar a lo de Vicious entregado a actos de violencia porque él es un punk (una de las víctimas de sus arrebatos fue, precisamente, Nick Kent). Ahora bien, en el libro, Iggy "pasaba por allí", y el capítulo queda cojo. La foto de la portada de "Raw Power" es del concierto en cuestión; entre la "mucha gente" o los "cuatro pelagatos" se dice que estuvieron Johnny Rotten, Johnny Marr, Siouxsie Sioux y no sé quién más que luego formaron bandas.



La flojera aumenta en el capítulo sobre la "world music", donde lo que hacen es aplicar a ella lo dicho sobre el blues, el country y los puristas que buscaban lo puro que no había, lo cual ejemplifican con el híbrido del "Buena Vista Social Club" que Ry Cooder vendió como auténtico pero que era tan manufacturado como los Monkees (a quienes el libro dedica otro capítulo).





Aparte de un par de datos problemáticos (el senegalés Baaba Maal hace "música tradicional maliense"; se critica el disco de Putumayo dedicado a la República Dominicana por su excesivo enfoque en un ritmo ajeno, la bachata, en detrimento de un ritmo propio, el merengue - precisamente, los dominicanos del Poble Sec si no ponen reggaetón ponen bachata...)



...los autores nos vienen diciendo que los occidentales queremos música rural y sin sintetizadores ni influencias occidentales, cuanto más pura mejor. Lo cual explica el éxito en Occidente de Ofra Haza, el Youssou N'Dour de "The Lion" y "Seven Seconds", el Salif Keita de "Soro" y un largo etcétera que no tiene necesariamente por qué pasar por la petergabrielización de la música del mundo...



...por no hablar de la aceptación que han tenido músicas africanas con clarísima influencia occidental, como el afrobeat de Fela Kuti o el híbrido soul-makossa de Manu Dibango, tomado por Michael Jackson y luego Rihanna; el highlife "pasaba por ahí" como Iggy; y de Bob Marley, el primer artista del "tercer mundo" que se hizo global con una música en principio tan "world music" como el son cubano o los coros búlgaros, ni mención.



¿La conclusión? Que la autenticidad no tiene por qué ser condición sine qua non para disfrutar de la música, y que hay que abrir los oídos. Como canta Peggy Lee, ¿eso es lo que hay? Para ese viaje (el primer libro que trata el tema de la autenticidad en la música popular en toda su complejidad, dicen los autores en la introducción) no hacen falta alforjas.



Mientras tanto, la MTV (la cadena de vídeos musicales, tan auténtica ella) ejemplifica lo que mantienen los autores sobre que la idea de autenticidad permea toda la música pop actual; se elogia un vídeo de Rihanna por su valentía al narrar sus propias infidelidades, se eleva a Eminem a la categoría de icono pop porque es auténtico ("he keeps it real"), y se nos repite que Kurt Cobain durmió debajo de un puente. Raca raca, a dar la matraca. La realidad reaparece recalcitrante: un artículo del País de hoy describe lo asombrosamente caro que resultó hacer la canción "Man Down" de Rihanna, canción que se compuso en 12 minutos y que los fans de Rihanna en Twitter eligieron como single. Una frase del artículo, del periodista del Guardian Peter Robinson: "La gente sacrifica su identidad musical por un puesto en las listas. No es ninguna tragedia." Real como la vida misma.

Esto, darnos una bofetada de realidad, es lo que hace el libro, a pesar de sus limitaciones; por otra parte, a través de él nos enteramos de música desconocida o nos reencontramos con viejos conocidos - Neil Young, en mi caso. El libro dedica un capítulo al disco donde se encuentra la canción que sigue: un disco hecho en memoria de dos amigos de Young que murieron por sobredosis de heroína, uno de los cuales, el guitarrista de su banda, murió poco después de ser expulsado de la misma, y Young se pasó años sintiéndose culpable. El disco se hizo en seis horas bajo los efectos de una combinación de tequila, marihuana y cocaína; la banda ni siquiera conocía las canciones; y a pesar de ello, el disco llegó a ser considerado uno de los mejores álbumes de rock todos los tiempos, afianzando la imagen de "auténtico" de Neil Young.




(Aquí un cuadro de probablemente la modelo rocanrol por excelencia, Kate Moss. Su autor, Lucian Freud, acaba de fallecer. Era un retratista impresionante. Una cita de un artículo sobre él, ya que nos ponemos: "Lucian Freud (Berlín, 1922) se niega a pintar lo que ve. Su obsesión consiste en pintar lo que 'es'. Y acumula sobre el lienzo fangales de óleo durante meses, años a veces, hasta que de la tela emerge una vida auténtica." Llámalo equis.)

miércoles, 20 de julio de 2011

Una coincidencia

Me encuentro con una estrellita en Japón en el blog y con este vídeo en la tele.



También coincide que mi lectura no monotemática actual es un libro de Yukio Mishima llamado "Música" que no va de música sino de psicoanálisis. El narrador es el analista, pero como personaje me gusta mucho más la compleja e impredecible paciente, una chica que "no oye la música" (su expresión metafórica para decir que no siente placer sexual).

Mishima dio nombre a un grupo de música de Barcelona. Aquí una canción:



jueves, 14 de julio de 2011

¡Ojo, que pincho!

Ni Hendrix ni Nirvana ni chiflos en vinagre: la persona con más etiquetas en este blog va a ser Lady Gaga.

Encontré un artículo sobre Lady Gaga escrito por Camille Paglia, la polémica analista cultural que escribió en 1990 que Madonna era "el futuro del feminismo". El artículo se llama "Lady Gaga and the Death of Sex" y Paglia la despelleja. Una de las cosas que dice es que mientras Madonna, o al menos la joven Madonna, muestra una sexualidad incandescente, para Gaga el sexo no es más que una pieza del decorado. Si Madonna viene ofreciendo felaciones en "Burning Up"...



...Gaga es asexual; Paglia hace referencia a una declaración de Gaga donde dice que evita el sexo porque teme que le roben la creatividad a través de la vagina.

Se puede estar de acuerdo o no con ella; el caso es que Paglia padece de madonnitis aguditis. Sexo o no sexo, Madonna básicamente recicla como Lady Gaga; ha ido de Marlene Dietrich y de Marilyn Monroe e incluso de neo-hippy-trippy...



...independientemente de cómo cante (ahí la gana Lady Gaga; la misma Madonna comentó a Larry King que le interesó mucho más el baile que la canción y se fue a Nueva York con idea de hacerse bailarina profesional.)

Pero el artículo viene a cuento porque en un ejemplar del Cuore que había en rehabilitación vi un reportaje sobre los premios equivalentes a los Oscar en el mundo de la moda. El galardón a "Icono del Año" recae en Lady Gaga. Aquí el modelito con el que se presenta:


Aquí los zapatitos a juego. No se descalabró, o al menos no hubo constancia.


Pero el modelito no acaba aquí.


En el after-party luce el interior acompañada de su señor padre (católico de origen italiano que metió al menos a su hija Stefani en un colegio de monjas, recordemos) y su señora hermana (que se parece a alguien que en tiempos se llamó Stefani.)


Aquí se ve la indumentaria en toda su magnitud.


Efectivamente, lleva un tanga de pinchos. Parece que está dando la razón a Camille Paglia: ¡no acercarse, que pincha!


Uy qué daño.

Un festival muy variadito

No, no es el de Benicàssim, sino La Mar de Músicas. Ambos festivales llevan 17 años en ello, pero el de Cartagena es de lo más ecléctico.

Hay quien coincide en los dos festivales: Russian Red, Julieta Venegas, Antònia Font. Otros que podrían estar en Benicàssim pero están en Cartagena: El Guincho, Lloyd Cole. Todavía recuerdo con agrado "Rattlesnakes", el disco de debut de Cole con The Commotions.



Hay flamenco, con Duquende interpretando "La leyenda del tiempo" de Camarón. Más flamenco con Las Migas. Flamenquito, con Ojos de Brujo, que dan concierto de despedida donde colabora, entre otros, Peret. Ska, con los veteranos Skatalites.



Reggae, con los menos veteranos pero igualmente veteranos Third World. Ritmos cubanos con Omara Portuondo, que viene con Chucho Valdés. The Creole Choir of Cuba, de Camagüey, son conocidos en la isla como Grupo Vocal Desandann; el nombre viene a cuento porque son descendientes de haitianos y traen la música de sus raíces. (Y en eso llegó Peter Gabriel, les graba en su sello Real World y les cambia el nombre... en fin.)



Ritmos africanos: el mbalax de Cheikh Lô y el kuduro cortesía del DJ francés Frédéric Galliano.



Soul con Mavis Staples y blues con Cyndi Lauper - sí, Cyndi Lauper, la misma del bombazo superpop ochentero "Girls Just Wanna Have Fun", que dedica su último álbum a clásicos del blues, con invitados estelares como B.B. King o Ann Peebles.



Música brasileña con Gilberto Gil y Adriana Calcanhotto. Adriana acaba de publicar un disco de sambas, donde encontramos esta marchinha que no desentonaría en un disco de su alter ego para niños, Adriana Partimpim.



Y música de Israel y Yemen y México y Honduras y Portugal y Natacha Atlas. Aquí un vídeo de su actuación en el festival.



Y, especialmente, música de Italia, el país en que se centra esta edición del festival.



Como su propio nombre indica, la mar de músicas. Incluido el indie. (Cosa que no se puede decir del FIB: Kiko Veneno en 2007 parecía fuera de lugar en un festival indie con público mayoritariamente extranjero. Incluso para los de aquí; un forero se llegó a preguntar "ke ostias pinta kiko veneno en un fib?") (Pues las "ostias" "ke" pintaba eran que hacía 30 años uno de los discos fundamentales del rock español, "Veneno", del grupo del mismo nombre con Kiko y los hermanos Amador. Parece que haya quien piense que el rock español empezó con Los Planetas.)



PD Hablando de "la mar de músicas" y la mar de países: Aparece otra estrellita o puntito en el extremo Oriente, concretamente en Taiwan.



martes, 12 de julio de 2011

Nació así...



...y versioneaba a Led Zeppelin.



Eso fue en 2006, antes de la carne, el huevo y el Louvre.

domingo, 10 de julio de 2011

Una muerte absurda

Hoy nos hemos despertado con la noticia de que asesinaron a Facundo Cabral. El ataque, premeditado, no iba contra él, pero fue él quien se lo encontró.

No recuerdo en qué hilo musical de Burgos oía esta canción de Facundo Cabral, si en el del Espolón junto con Bob Dylan o en el de las piscinas junto con Simon y Garfunkel y Serrat. Igualmente, fue parte de la banda sonora de mi infancia. Pena que me lo tenga que recordar esta muerte tan estúpida.

Descanse en paz.



De viajes y libros

Salió ayer en las noticias: el 48% de españoles no ha ido al extranjero, el 15% no ha salido de su comunidad autónoma, y el 10% no ha salido de su provincia. Es muy fuerte.

Yo este año, que "vuelvo a mi hogar" como Mike Rivers volvía a Granada...



...recuerdo otros viajes a lugares pelín diferentes. Es impepinable: los encierros de San Fermín me recuerdan un camino de Santiago en Navarra en sanfermines: aquel donde por oscuros misterios del inconsciente me vino a la cabeza el jingle del PP.

Pues en Burgos de postoperatorio, estoy leyendo varios libros. El actual que no es del monotema es "Un año en la Provenza", que me regalaron los compañeros de trabajo, sector material online. Comparto lo de la sarta de lugares comunes que dice el bloguero del enlace anterior, pero es lectura ligera para llevar a rehabilitación y te ríes de vez en cuando. Da la impresión que los provenzales son tan como nosotros que llaman a la cuenta de un restaurante "la douloureuse". Impresión que tuve en la Camarga (justo al lado de la Provenza), en el mismo interrail en cuya banda sonora dominaban aquella de Ofra Haza y cierta canción de Salt-N-Pepa con mondegreen particular: en lugar de "push it", cantábamos una palabra más sexualmente explícita de pronunciación similar...



El monotema en realidad son dos: el A (la música) y el acompañante B (las adicciones). Leí las memorias de Cherie Currie en las que se basa la película de las Runaways de aquella manera; el libro y la película cuentan cosas bien diferentes (por ejemplo, Cherie no tuvo ningún remilgo con la letra de "Cherry Bomb"). Ella hizo algo más que cantar en las Runaways y tallar con una motosierra, aunque su creciente adicción a la cocaína y después al crack echó a perder una carrera como actriz y cantante en solitario (o con su hermana gemela).



Tampoco refleja la película lo dramática que fue su vida. Por ejemplo, su primera experiencia sexual: fue violada por el novio de su hermana gemela. Y hubo más historias feas, demasiado feas para contar en una película de Hollywood con la chica de la saga Crepúsculo y una antigua niña prodigio como protagonistas. El libro, tan brutal como mediocre es la película, es particularmente ilustrativo a la hora de describir la adicción: el tomar para paliar situaciones intolerables, la fase de negación, el "yo controlo", el "me estoy quitando, me estoy quitando, solamente me pongo de vez en cuando" que decían Tabletom y luego Extremoduro, el momento en que se toca fondo, la conciencia de que se ha tocado fondo... Lo dicho: tremendo.



El siguiente libro sobre el monotema, el A y el B, es, para variar, en español: "Una semana en el motor de un autobús: La historia del disco que casi acaba con Los Planetas" (que vuelvo a Granada).

Como alguien escribió por ahí, el subtítulo no es del todo exacto. "Una semana...", de 1998, es el disco que consolidó a los Planetas como banda y les aupó a la categoría de hitos de toda una generación: vamos, el "Nevermind" español, a juzgar por las alabanzas de que ha sido objeto. Y sin embargo, la historia empieza mal fatal, con un desastroso viaje a Dinamarca y la banda destartalada. El guitarrista, Florent, se pasa del límite de tanto vivir al límite, aquello tan auténtico y tan rocanrol que propugnaban los Planetas: vale, el lector puede deducir que Florent no iba "al polígono" precisamente a por hachís (la droga que se asocia con "el polígono" la primera vez que se menciona en el libro), pero la palabra "heroína" no aparece hasta la página 71 de un libro de 185 páginas. La bajista, May, se va: cree que lo de "experimentar cosas nuevas" (eufemismo por "tomar drogas") para fomentar la creatividad es de "catetos". Al batería lo echan, y entra el de Lagartija Nick, en los Planetas hasta la fecha. J, el cantante y líder, mientras afronta sus dilemas sobre la profesionalidad, el arte y el exceso, se emperra en sacar el disco como sea: le da cargo de conciencia hacerlo sin Florent, el otro propietario de la marca Planetas, y aun así se busca un sustituto (Banin, también en la formación actual) mientras el manager le lleva a Madrid a desintoxicarse. De la heroína, no de las drogas: Florent aparece más tarde tomando éxtasis en Nueva York, donde finalmente graban el disco. Los otros, tanto quejarse de Florent (especialmente J), tampoco son ángeles: el bajista escocés que entra se asombra de lo toxicómanos que son, palabra que quedó en "toxicosmos" debido a su español limitado y que dio título a una de las canciones más sobresalientes del disco.



La gestación del disco se desarrolla entre malos rollos, ninguneos a miembros del grupo (de ahí que, por ejemplo, el escocés ya no quiera saber nada de los Planetas), tensiones con la discográfica, RCA, que pide una maqueta de todo el disco ya que salió escaldada con el disco anterior, "Pop", donde la discográfica dio el OK basándose en una maqueta con sólo cinco canciones y el resultado final no quedó a la altura; ante lo cual, J, como buen indie, echa pestes de la discográfica, una multinacional mala malísima, aunque los Planetas grabaron y siguieron grabando con la mala malísima multinacional: ayyyyy, cómo me suena esto...


El autor, el periodista de Rock de Lux Nando Cruz, lo cuenta con un lenguaje coloquial a veces de un chachi-colegui-guay que rechina; pero detrás de ello hay un trabajazo de investigación tremebundo (considerando que los protagonistas, o al menos algunos, andaban demasiado perjudicados para recordar), del que se concluye que el disco, lejos de ser la historia de ficción que se supone (chica deja chico, chico está hecho polvo, se consuela con drogas, toca fondo y se levanta), está basado en los acontecimientos y sentimientos, bastante reales, que lo han generado.

Desde luego, Cruz no me ha hecho fan de los Planetas, ni tampoco es su objetivo hacer apostolado. Sigo viendo su música demasiado derivativa como para que me interese realmente; incluso sus incursiones en el flamenco suenan a lo que han hecho toda la vida: música para tomar drogas para hacer música para tomar drogas, como dirían Spacemen 3, uno de sus grupos de cabecera.



Ahora bien, "parecidos razonables" aparte (el conocido caso del single "Segundo premio" y la canción de Étienne Daho "Promesses", con un riff parecido al final de "We Will Rock You", añadiría yo)...





...hay buenos temas. En concreto, me he quedado con una canción: su "Me estoy quitando" particular.



Nando Cruz no deja de ser un fan; sin embargo, hay en su narración la distancia necesaria para relatar sin maniqueísmos lo bueno y lo no tan bueno. Precisamente esa distancia es lo que le falta a "Lady Gaga: Behind the Fame", una hagiografía mala hasta decir basta con la lechuga del corta y pega de citas de la Monstrua entre col (Lady Gaga es muy inteligente), col (Lady Gaga sabe hacer uso de los medios de comunicación) y más col (Lady Gaga se toma su arte en serio). Como el post me está saliendo larguísimo una vez más (seré breve, ji ji, ja ja), aquí una cita de la que aspira a ser "la Warhol femenina" (sic) dividida en dos partes: Parte 1: "Lo que hago es performance art". Un amigo especialista en la forma de arte que se conoce como performance (por ejemplo, lo que hacía Yoko Ono antes de conocer a John Lennon) (PD No había música de ningún tipo en esta performance)...



...dice (y el Rolling Stone español corrobora) que Lady Gaga es una copiona. No se refiere precisamente a los "parecidos razonables" musicales, sino al famoso vestido de carne (que se ha expuesto en el museo del rock de Cleveland)...


...y a otro vestido de carne que hizo la artista checo-canadiense Jana Sterbak en 1987.


Parte 2: "Es música pop pensada para el Louvre".

¿Mandeeeeeee?

En el último disco, Gaga amplía su repertorio de idiomas; su canción semi en español tiene probablemente los acentos peor colocados desde el uniformé y el idoló de las pequeñás chicas de colegio.



¿Esto en el Louvre??!! Ni en el eBent, ni en el museo de Atapuerca. No, gracias.



Uy, sí. También tomó drogas. Tuvo una temporada cocainómana emulando a sus idolós, y anunció en Glastonbury que había tomado tripis desnuda en festivales. Pues vale. Para contrarrestar tanta hagiografía, Gays Against Gaga.

Total, que al final vuelvo a Granada y a las noticias: salió a subasta la partitura original de "Recuerdos de la Alhambra", tema que cantó Mike Rivers en su etapa andalucista, que la tuvo. Y nadie se la llevó, la partitura. No hay pela.





jueves, 7 de julio de 2011

7 de julio, San Fermín

...the running of the bulls, the 24-hour party, los guiris hacen fuenting como en Ibiza hacen balconing, qué salvaje, qué guay Hemingway...



...y la canción que llevo en la cabeza desde esta mañana no es precisamente el Riau Riau.

Supongo que en parte me vino de haber leído últimamente que se va a editar en breve una antología de Throwing Muses.



La canción en cuestión es de un disco en solitario de Kristin Hersh, la líder de Throwing Muses, donde ella toca todos los instrumentos y que me impactó grandemente por la música que ahí se halla, brutal y descarnada a pesar de sus toques folkis, versión de Cat Stevens incluida; de hecho, una de las canciones del disco habla de la pérdida de la custodia de su primer hijo (tiene otros tres) debido a su transtorno bipolar, del que ella habla abiertamente, lo cual es muy valiente por su parte: la enfermedad mental es más tabú si cabe que el cáncer. La canción que me ronda se llama "Spain", y no va de fiesta y toros sino de rabia y desamor.



Hoy, San Fermín, cumplen años Ringo Starr (71) y Víctor Manuel el malhablado del sector oficial (pro-bautistano) de la SGAE (64); por cierto, aquí hay un artículo donde se cuenta cómo se reparten los votos y el dinero en la SGAE (una cita: "[...] es como si la duquesa de Alba pudiera votar más veces que cualquier otro ciudadano español por el hecho de tener latifundios").



También aparece hoy una necrológica: la de Jane Scott, crítica musical de Cleveland (Ohio) que empezó a ejercer de tal a la tierna edad de 45 años, cuando los Beatles visitaron su ciudad, y se jubiló a la friolera de 83 años. En esto del rocanrol, un mundo mayoritaria y abrumadoramente de hombres donde el culto a la juventud se manifiesta igual de abrumadoramente ("don't trust anyone over 30", que decían), una crítica mujer y mayor (que además iba de festivales con 75 años) era una rarísima avis. En esta página hay enlaces a algunos de sus artículos. Cuentan que cantó "California Girls" con Brian Wilson al piano en el bar de un hotel cuando ella le entrevistó. Aquí con los Who:




domingo, 3 de julio de 2011

El gafapasta del post anterior...

...se nos ha vuelto cómico-musiquero como su colega del show de Buenafuente, el del Chiki-Chiki.



Me enviaron dos vídeos del ¿Chikilicuatre 2? donde Berto parodia las boy-bands que hacen arambí. De los dos, me quedo con este:



PD Dos países más con estrellitas en el mundo mundial: Irlanda y Noruega. Como ya hay unos cuantos irlandeses en el blog, pongo algo noruego que no sea la de "Take on Me", canción a la que en su tiempo cogí mucha manía; me acabo de enterar de la nacionalidad de A-ha tal que en este momento. Bueno, cambio de opinión: pongo la versión del "Take on Me" de los Tiki Phantoms, que ellos llaman "Tiki on Me".



Y aquí el noruego.



PPD Coinciden en el mismo día los aniversarios de los fallecimientos de dos del "estúpido club": Brian Jones, miembro fundador de los Rolling Stones...



...y Jim Morrison (este con número redondo, 40 años, con lo cual salió hoy en el telediario.)



sábado, 2 de julio de 2011

No bailes rocanrol en El Corte Inglés

Hubo un tiempo en que Loquillo nos cantaba la canción que da título a este post:



Pues una echa de menos la sección de discos de El Corte Inglés de Burgos: era lo que había (junto con una tienda de toda la vida, que se llama Música y Deportes pero que se debería llamar Prensa y Libros, que es lo que venden ahora, básicamente: de música hay más bien poco pero de todo; de deportes, si acaso, libros.) Fui esta semana al Corte Inglés con intención de comprar un disco concreto (el de Janelle Monáe) a una amiga que cumple años y a la que aún le podría hacer ilusión que le regalaran un disco. Esta es una consecuencia de la aparición de la descarga, legal o ilegal: ya no hace ilusión que te regalen un disco, ¡si está todo en Spotify! Otra consecuencia, que yo no me esperaba: han clausurado la sección de discos de El Corte Inglés.

Así que, con la excepción de las cuatro cosillas variaditas que hay en Música y Deportes, no hay tiendas de música en Burgos. Cero patatero. Si quieres un disco, vete a los centros comerciales a por novedades y superventas: Extremoduro, Justin Bieber, Manel, Lady Gaga, el "disco estrella 2011" de turno. (Alcampo, fatal. Carrefour, mejor: ¡me sorprende ver el último de R.E.M., o un dos-discos-en-uno barato de James Brown con su concierto en el Apolo! No fui a Hipercor, que está en la otra punta de Burgos, porque me imagino algo parecido.)



Una pena. En Burgos hubo un tiempo donde los raritos y modernitos como yo que no bailábamos rocanrol en El Corte Inglés o equivalente (o si lo hacíamos, no lo confesábamos porque íbamos de raritos y modernitos) encontrábamos nuestros discos raritos en tiendas tan raritas como Discos Zeppelin o, después, Discos Clash; incluso en tiendas normales encontrabas discos muy raritos en su tiempo como por ejemplo, en 1980, el recién publicado debut de Loquillo (entonces "Loquillo y sus Amigos", entre ellos Carlos Segarra el de los Rebeldes: fue un regalo de cumpleaños que me hizo mucha ilusión.)



Raritos y modernitos, había y sigue habiéndolos. De aquí salieron tanto críticos musicales (Carlos Tena, Diego Manrique, José María Rey el de Discos Zeppelin) como músicos. Concretamente, hubo en los 80 grupos que llegaron más allá de las Llanas (la zona de vinos de Burgos de toda la vida): Milagro, el grupo del ya mencionado José María Rey, probablemente los primeros burgaleses que grabaron un disco cuando grabar un disco era toda una hazaña...



...Incidentes Genuinos, que ganó un concurso de Radio 3 en 1984...



...y Magenta, un grupo de chicas (entre ellas, Rosario mi compañera de carrera) que cantaban en francés, con disco en 1985 producido por Nacho Cano nada menos.



Aunque el músico burgalés más famoso sea probablemente Fortu el de Obús.



Pero ahora lo que queda a los melómanos raritos burgaleses es básicamente: o el Spotify, o el Amazon.com, o los mp3 del iTunes, o la piratería guarra. Y me estoy limitando a la música popular: de clásica vi un ejemplar de las Variaciones Goldberg de Glenn Gould y algo de Mozart; alguna cosa más en Música y Deportes. ¡Manera de potenciar el pequeño comercio y el producto cultural, cierta ciudad que iba de candidata a capital cultural europea 2016!



(Hablando de piratería guarra y temas aledaños: La noticia del día es la detención de Teddy Bautista justo después de la reelección de los cargos de la SGAE por presunta desviación de fondos y apropiación indebida. Si ya nos caía antipática la SGAE, toma más madera: además de antipática, corrupta.)

Precisamente sobre raritos y modernitos a los que nunca pillarías ni muertos bailando rocanrol en El Corte Inglés, Dios les libre, habla un artículo que publica Ignacio Julià en "la competencia" (¡Rock de Lux, no Ruta 66!) donde confiesa que también está "out" en materia de modernidad, básicamente porque no le interesa, haciendo coña de paso con los "grupos con nombres zoológicos". (¡No estoy sola! O es que somos unos vejestorios.) Como ejemplo de modernito carpetovetónico siglo XXI pone al gafapasta, con "Radiohead en el iPod".


Uy, sí. Y Björk en el iPod también. A punto está Björk, rarita entre las raritas (¡qué Lady Gaga ni qué narices!), de sacar disco nuevo. Se llama "Biophilia", sale en septiembre, y ya hay un adelanto:



Y me pasa como con Radiohead: no me gusta, por mucho que digan que vuelve la Björk clásica de "Vespertine" y bla-bla-blá. Yo (que no tengo ni idea) soy la rarita a la que le gusta "Medúlla", su disco a cappella, junto con otros tres gatos más para hacer los consabidos cuatro gatos. Sigo prefiriendo melodías como la que viene, de "Medúlla", pero invariablemente Björk sigue despertando cierto interés (diría que de un modo similar a Radiohead: "a ver con qué nos salen ahora"), así que habrá que darle a "Biophilia" una chance. (A saber si aparecerá algún ejemplar a la venta en Burgos, tal como está el panorama: si acaso, lo imagino en Música y Deportes, junto con el último de Radiohead que sí lo tenían.)



Y los "sampedros" van pasando (¡el día grande, viendo los fuegos artificiales en trenka, chupa de cuero, botas, jerseys, pasamontañas y demás prendas invernales! ¡A 9 grados con fuerte viento siberiano! ¡Esto es Burgos!), las peñas van "modernizando" el repertorio ("Yellow Submarine", "The Devil Sent You To Laredo", la Mari Carmen otra vez) a la par que conservando los clásicos ("Beber, beber, beber es un gran placer", "Que te han pillao con el carrito los helaos")...



...y una noche no tan fría (pero aún de andar en trenka), en la explanada del Museo de la Evolución Humana (alias "lo de Atapuerca"), entra en escena una banda de modernos eternos como el Drácula yeyé.



Los Tiki Phantoms vinieron a dar caña al personal con sus instrumentales surfero-garajeros y su actitud retro-vintage pasada por la cafetera punk (70s). No hay vídeos (¿de momento?), pero aquí va una foto de un bloguero cuyo post sobre el concierto acaba así: "En especial recuerdo un chico todo serio con los brazos cruzados con cara de decir: os odio porque os lo estáis pasando bien y yo sólo escucho Radiohead." No anda desencaminado el Julià, parece ser.




PD ¡La primera estrella del extremo oriente en el mundo mundial, en Hong Kong!