viernes, 28 de junio de 2013

¡Vacaciones de verano!



...o, por parafrasear a los chicos de mi departamento...



Somos más viejos y más pobres y más arrugaos, pero han empapelado al ex-tesorero del PP por corrupción (cosa rara en este país), el Bono U2 acaba de ser retratado como el humanitario de pacotilla que es en un libro, y acaba el curso, ¡yupi!

Y acabo el curso cantando temas clásicos con el coro de mi escuela, que no todo lo difícil es barbershop. (Hablando de barbershop, aquí la versión hispano-vacacional de una del repertorio del coro de barbershop).



La canción con la que he acabado el curso escolar (descontando la última de veras, el tipiquísimo "Gaudeamus igitur") es de aquellas que posiblemente esté hasta el gorro de oír (no ha faltado su versión popificada) pero que, a pesar de la temática de su letra, da mucha alegría cantar (y que jamás cantó mi padre pero me lo imagino haciéndolo).

¡Feliz verano!



viernes, 21 de junio de 2013

De pollos y azulejos

Al final no he tenido pollos de gaviota enfrente: estaban incubando cuando de repente, zas, que no hay ni gaviotas ni nido. Han echado un repelente de gaviotas o algo así, pero este año no hay gaviotas encima de los vecinos de enfrente. Me alegro por ellos, aunque mi vista desde la ventana es menos entretenida.

La caseta de los depósitos de agua del terrado de más allá sigue acogiendo en su propio terrado una familia de gaviotas, pero están bastante más lejos. Alguna que otra vez se ve en la lontananza una silueta de pollo.



Viene a cuento porque el día del Sónar también eché una rapidísima ojeada al diario del día y me encontré con este artículo que habla de la vista, por lo visto más de cerca que la mía, de una familia de gaviotas, también dos pollos, desde el edificio de Radio Barcelona, de la SER, que aloja también varios periódicos del mismo conglomerado empresarial. También me he alegrado por ellos.

Los pollos tenían nombre. El autor del artículo, de El País, los llamaba Juan y Salvador (en alusión a cierto libro petardo de mi generación que ahora se describiría como "de autoayuda"). Los colegas del As los llamaban Marianín y Sorayita (en alusión al logo gaviotil del PP). Las mías eran los Gaviótez. Papá y mamá nunca tuvieron nombre, pero los pollos sí: Pol (de pollo) y Chiqui (de chicken). Nunca llegué a saber quién era quién.

Los pollos de Radio Barcelona, un buen día, volaron.

Y de repente me entra una irrefrenable ansia de caspa: esta fue banda sonora de una película de las del destape. En serio.



A falta de pollos, yo he tenido mi ración de pajaritos como este:


Este pajarito es un ave canora americana de la familia de los tordos que se llama azulejo, en inglés bluebird. Resulta que, de 6 canciones que me he estado estudiando para el coro de barbershop (vino una canción nueva hace poco), te sale el condenado bluebird no en una...



...ni en dos...



...sino ¡en tres! Hay una anécdota del coro: al llegar la palabra "bluebird" en la siguiente canción, una chica coge una escopeta imaginaria y apunta al aire a ver si se carga al bluebird de una vez. Que también deben de estar fritas, con el freaking bluebird.



Y va mi cabeza y me trae otro tema con el pajarito en cuestión (acompañado de gaviotas over the sea, por cierto) en versión del chico que no sólo hizo "La bamba".



Por lo que parece, hay tropecientasmil canciones con la azulada avecilla. Y ya éramos pocos y parió Adam Green una canción con "bluebirds" y "suicide" en el mismo texto.



Probablemente haya muchas más canciones de bluebirds en inglés (americano) que canciones de gaviotas en castellano. Estaba pensando en acabar con la del barco que llamó Libertad, y en sus sueños dibujó gavio-o-tas, na-na-ná, pero creo que voy a optar por otro tema argg, aunque más presentable.



miércoles, 19 de junio de 2013

Canciones de adultos para oír con niños

Acabo de ver en la sección de libros de música de La Central del Raval un librito llamado "100 canciones de adultos para oír con niños", donde se listan historietas de niños entre cuyas canciones favoritas están "Friday I'm In Love", "The Robots", "Himno generacional #83"...


...y otras melodías que no son las específicamente para niños que se supone les gustan a los niños, entre las que se incluye el Waka Waka, no exactamente una canción para niños.

Entre las listadas en el libro, está este dúo padre-hija (y primera vez que sale Sinatra en el blog, será posible) que me encantaba cuando una servidora era niña. Eso fue, año más año menos, cuando acababan de salir otros hits personales de entonces como el Lady Madonna, el Pata Pata, el Let's Spend The Night Together, el Gitano Antón, las Flechas del Amor, el Borracho Yo Tururú o La Felicidad Ja-Ja-Ja-Ja.




Lo juro. En serio. Asín de vieja soy. Yo tendría 4 o 5 años.

Entonces, con 4 o 5 años, ni tenía los videoclips de Dora la Explaradora en el móvil ni me entretenían unos divertidos animadores en el hotel de la playa en Mallorca. Entonces tenía lo que había, y lo que había era un mamotreto de aparato de radio y un "transitor" para que mi padre oyera su fútbol en su butaca, y punto pelota. Y lo que oí era básicamente la radio: la radio de casa, la radio de la peluquería: los discos dedicados, generalmente. Si no era la radio, era el hilo musical que ponían entonces en el paseo del Espolón de Burgos. La tele no existía, y cuando al fin apareció en casa el parato Pontiac en blanco y negro años más tarde, me llegaba tanto la "Escala en hi-fi" (recuerdo haber visto, no sé si ahí, a The Mamas and The Papas: en la tele española cuando Franco, lo juro)...



...como el Locomotoro y el Capitán Tan, de donde surgieron canciones para niños tan clásicas como las que me comí de Gaby, Fofó y Miliki unos cuantos años más tarde...





...y me sigo comiendo actualmente con los niños pequeños de mi alrededor. Y esto no es lo peor. Lo peor es el exceso de tontiñoñi infantil que me encuentro actualmente. No sé qué temática se lleva la palma, si el mi amigo Tito que le gusta ir al colegio, o viva la paz en el mundo y el verde en el planeta.

Qué cruz.

Claro que hay música para niños estupenda, como las recopilaciones de música clásica tipo "Clásicos divertidos"; son temas que se prestan a una narrativa que se hagan los propios niños y pueden moverles a adentrarse en la música clásica. Como este, uno de los poquísimos temas de música clásica que me llegaron en mi infancia, y eso a través del programa de discos dedicados; me acabo de acordar de que, oh cielos, la bailé con 11 años o así en una exhibición de la clase de gimnasia en mi cole.



Aparte de eso y la publicidad de la radio (el canon de Pachelbel, por ejemplo), mi primera aproximación de veras a la música clásica fue a los 14 años en clase de música en 1º de BUP (asignatura entonces obligatoria). Me pusieron lo más clásico junto con lo más clásico y al final teníamos que identificarlo (esto es la 5ª de Beethoven, esto es la Incompleta de Schubert, esto es la Primavera de Vivaldi y no la de los Canarios...) Fue la primera vez que aprecié la música clásica. (Por otra parte, ahora corren malos tiempos para la música en la escuela española.) El jazz llegó más tarde: mi primer recuerdo de entender el lenguaje del jazz más allá de como un fa-fa-fá infernal fue en la carrera viendo un concierto de Pharoah Sanders en Salamanca: no precisamente un ejemplo de jazz para principiantes, pero me apasionó. Igualmente, estaba haciendo la carrera: cosas que vienen con la edad... Esto, de 2004, es un estándar para rememorar mi descubrimiento en Salamanca de que el fa-fa-fá se hacía dentro de un orden. Glubs, esto dice algo de mí, supongo...



Volviendo al tema música para niños estupenda, me estoy acordando de una recopilación de la Rough Guide con música africana elegida por niños de 5 a 11 años, ingleses, que para eso la Rough Guide es más inglesa que el Big Ben. Esta del disco es una versión de ese tema tan cumbayá que, claro, también conocía yo de niña, con el wímowe wímowe que engancha a cualquier niño.



Pero en principio, tampoco son canciones para niños.

No podría faltar el álter ego para niños de Adriana Calcanhotto, con un repertorio que incluye desde contemporáneos hasta gente de la generación de su abuela o algo así, como esta marchinha de carnaval (¡ay, Brasil!).





Generalmente, tampoco son canciones para niños, ni el arreglo es "para niños". Por qué la convención de derechos humanos de la ONU no prohibe los arreglos "para niños" de las canciones para niños es algo que me escapa a la imaginación.

Y entre Tito mi amiguito travieso y viva la paz en el planeta, reaparece... ¡la bomba, con su movimiento sexy! Vaya con lo que ponen a los niños...



No es necesario que nos hagan cargar a los niños y a los adultos con la cruz de la música infantil. Los niños aprecian lo mismo que nosotros: incluso lo pueden apreciar más que nosotros. Aquí un ejemplo de canción con la que, según cuenta el opúsculo arriba mencionado, le salió un niño, no sé si 3 años o no recuerdo exactamente, a su mamá: "quiero la de Bailando", dice la criatura, y la mamá alucina pepinos cuando descubre que "no" se refiere a la de Alaska. En el momento donde la letra se hace incómoda, a la mamá se le ocurre cambiar la palabrita incómoda por "relación". Ya se enterará el niño de que la R es en realidad una F a su debido tiempo: cuando sepa lo que es una relación.



PD Me olvidaba de las nanas brasileñas y cubanas: música para niños preciosa, y realmente para niños.



domingo, 16 de junio de 2013

Y me fui a la feria

(la feria de música avanzada y new media art).

Al final, el mono de Sónar de Día después de once años sin ir pudo conmigo, y me fui a echar un vistazo a las nuevas instalaciones en la Fira de Montjuïc. Eso fue ayer sábado, porque mis circunstancias no me permitieron ir el día que me resultaba más atractivo (concretamente por Liars), que fue el jueves.



No había estado dentro de la Fira de Montjuïc en la vida. El Sónar era una de varias ferias. Entrabas por una calle lateral, pasabas por todas las barreras (el cacheo, la entrada, la pulsera, el corte de la tira sobrante de la pulsera) y siguiendo recto llegabas a un enorme patio con moqueta verde césped Sónar y casetas de madera cortesía de Estrella Damm. Eso era el SónarVillage, o sea, lo que era el escenario al fresco de la plaza de detrás del CCCB. En la plaza del CCCB/Macba había dos escenarios: uno bailongo y otro en una carpa con hamacas. Esta vez no hay hamacas (Damm!) pero hay mesas largas con bancos corridos todo de madera al lado de las casetas de Estrella Damm, con un tejadillo para hacer sombra. Separadamente, había casetas de comida, a elegir entre wok de carne y de verduras con arroz, burrito normal y vegetariano, hamburguesa normal y de pollo, pizza y ensalada, por la friolera de 7,50 euros; la cerveza (caña normal), a precio igualmente "popular", 3,50. Ahora que lo pienso, no había bocatas de tortilla de patata ni torrades de pernil amb tomàquet.

Me doy una vuelta por el recinto. Pasas por debajo de unas escaleras mecánicas para ir al espacio que ocupó el hall del CCCB (el SónarHall), que es un pedazo de nave por donde se accede a otra nave oscura con cortinas rojas donde está el escenario. Subes por las escaleras mecánicas y hay otro pabellón (el SónarDome) con claraboyas por donde pasa la luz del día. Allí había un italiano que hacía bailar al personal, a la hora del vermú. Entre ambos espacios hay un entresuelo con un gran ventanal con vista al SónarVillage y un área para relajarse ("área chill out", como se decía hace años).



No he encontrado la feria de sellos discográficos (signo de los tiempos). Sí había una zona destinada a talleres y conferencias, pero de eso no había el sábado. Tampoco hay disco del Sónar 2013 como lo hubo del Sónar 2002 (signo de los tiempos también). La antigua "bolsa de diyí" de Adidas para el Sónar es ahora (fue el año pasado también) una bolsa-mochila ligera de Adidas con un diseño que no acabo de entender. La bolsa se cierra por arriba con una cremallera: ¿para qué sirven esas dos correas de delante?

Lo que más eché a faltar fue el arte. En el CCCB, o al menos hasta 2002, se programaban exposiciones en el contexto del Sónar. Ahora hay una especie de cosa en colaboración con el congreso de telefonía móvil que tampoco acabo de entender y que pretende ser una mezcla de creatividad con empresas con universidades donde se mezclan apps con oferta de cursos con artilugios interactivos con una llamativa escultura giratoria con móviles viejos colgando de ella. Y aparte de sendas piezas en el MNAC y en CosmoCaixa, había en la Fira una instalación que consistía en tres iPads donde la gente hace dibujitos que aparecen y desaparecen de un entramado de formas en blanco y negro que se proyecta en una gran pantalla. Y eso es todo. Da la impresión de que lo del "new media art" está más conectado con el bisnes que con el arte en sí...

Con todo, el Sónar hizo honor a su tradición de anuncio de la llegada del verano, con un día de sol espectacular. El atuendo típico: ellos, camiseta y bermudas; ellas, top y minishort o minifalda; todo normal salvo los modelitos, que los hubo, claro.

Vuelvo al SónarVillage a comer. Sigue el mismo DJ en el escenario, un sevillano que fue a parar a Brighton pasando por Barcelona.



Se me ocurre ir al cine después del burrito. Sigue habiendo SónarCinema. Era otra sala enorme climatizada con moqueta y cojines grandes. Las películas, una en japonés con subtítulos en inglés, y las otras en inglés sin subtítulos (muy alegremente, por ponerlo de modo suave: 45% de los asistentes éramos autóctonos). Una era de Harmony Korine con Die Antwoord en sendas sillas de ruedas pegando tiros; otra hablaba de internet como catalizador de sinergias entre el hip hop y la electrónica o yo qué sé qué porque me eché la siesta en el cine tumbada sobre un gran cojín: sólo sé que Flying Lotus hablaba mucho.



Me levanto de la siesta, salgo del cine y encuentro una cola impresionante para entrar al SónarComplex, que es un auditorio igualmente impresionante de enorme. Debe de ser algo grande, pienso yo, así que me pongo en la cola. En el auditorio actúa un tal Beardyman, al que no conozco de nada. El auditorio se llena hasta la bandera. Tras unos compases de una canción que resulta ser... ¿Sweet Jane??!!, aparece este tipo, por lo visto un famosísimo beatboxer, pero que hace otros tipos de efectos con la voz.



El ambiente era de vamos a desgastar la zapatilla: a la menor explosión de energía, sonaban aplausos. Pero un auditorio no es lugar para bailar y la climatización era pelín excesiva, así que me bajo a descongelarme al Village. Seguía habiendo cola en la puerta para el Beardyman: según salíamos unos, iban entrando otros.

En el Village tocaba este grupo, que hace... ¿indie??!!



Caía un sol de justicia en el patio y el descongelamiento fue rápido. Voy al Hall a ver quién hay: un tipo que viene con un trasto que resulta ser una gran máquina multisintetizadores.


El efecto de lo que oí me fue pareciendo orquestal, rimbombante, incluso rockista. Curiosamente, el tipo tiene un tema con tal título:



Se ve alguna que otra camiseta rockera: dos logos de los Ramones, dos caretos de Hendrix, un tipo más viejo que yo con una camiseta de los Who; aunque tampoco abundan. Mientras me siento en un lugar libre de una mesa con una mínima sombra a leer las revistas que regalaban (entre ellas, el último Go Mag en papel; continúan en internet), sigo oyendo la banda indie, que acaba con... ¿Hey Hey My My (Into The Black)???!!!

Voy al escenario del Village a ver el concierto del único nombre que en principio conozco de todo el programa de hoy, AlunaGeorge, de la nueva hornada de arambí, en este caso británica. Son Aluna la cantante y George el productor, con un bajista y un batería. Aluna es una monada y canta como los ángeles de dulce; George aporta el contraste con sus maquinitas. El concierto fue corto (40 minutos), pero bonito y bailongo.

Fue el único concierto completo que vi: generalmente, en un festival se camina mucho y vas (bueno, voy) de un lado a otro a oir a la gente y enterarte (me) de qué va, y si hay algo que te mola especialmente, te quedas. AlunaGeorge molan. Y por suerte, ya no caía el sol de plano.



Tras el concierto, me pongo a caminar. En el Complex actúan unos islandeses, productor, clarinetista, y cantante que me recuerda pelín bastante a Björk; no hay llenazo como con Beardyman. En el Dome hay unos que salieron en aquella película con Flying Lotus que me amenizó la siesta. Empiezan con una introducción de... ¿Strange Fruit?????!!!!!! para dar protagonismo a las luces del escenario con lo que me pareció un ruido infernal. Soy una babyboomer viejales. Sin embargo, la versión del vídeo (creo que el tema en cuestión era este) no suena tan infernal. La impresión fue que el volumen excesivo distorsionaba.



No me había dado cuenta hasta que, subiendo al Dome, oí a una inglesa decir "wow", y la vista desde el ventanal del entresuelo era de wow: el Village petado de gente bailando al son de la música de un DJ de la tierra del bakalao. Ahora bien, y de ahí lo del traslado a la Fira, se podía caminar, y bailar, con toda comodidad (y sin vecinos en la zona, el otro gran inconveniente del CCCB). El Dome, igualmente petado de gente; la climatización se hacía insuficiente, y yo con sensación de falta de aire, así que sigo con el paseo. Tras encontrar en el Hall más ruido infernal en plan industrial, vuelvo al aire libre a bailar con el valenciano, cuyo nombre me tendría que sonar de varios Sónars (incluyendo el disco del Sónar 2002), y que pincha básicamente house, con el efecto apoteosis-final-Sónar-de-Día clásico sólo que en agigantado: tropecientos mil y yo bailando como posesos en el gran patio mientras el día toca a su fin.

Hoy sale en el periódico que el Sónar ha batido su récord histórico este año. Me temo que el nuevo recinto también se va a quedar pequeño. Aquí el valenciano que nos puso a sudar a base de bailoteo, en un vídeo veraniego.



viernes, 14 de junio de 2013

It was twenty years ago today... (zwei)

Este es el año del Sónar número 20. El primer Sónar fue en 1994, el año en que se mató Kurt y aparecieron Oasis, y entonces una hacía la asociación música electrónica igual bakaladismo de after hours, con mi nula simpatía por los after hours: te metías en un sitio donde era de noche cuando fuera era de día, con la consiguiente sensación de desubicación que a mí me desagradaba, y las sustancias químicas no ayudaban.

Esta canción siempre pensé que hacía mofa y befa de la escena bakala, pero probablemente esté equivocada...



...tan equivocada como lo estuve con la música electrónica. Y un buen día, el mismo tipo que me descubrió Nirvana me descubre Orbital.



Y a partir de Orbital me llega la curiosidad por la electrónica y el Sónar. Y me hice forofa del Sónar de Día (ya conté la historieta), cuando era en el CCCB; ahora lo llevan a la Fira para que quepa la gente. El CCCB/Macba/Plaça dels Àngels en general ya estaba que explotaba, pero esto es un cambio en cierto sentido tan a peor como el del Sónar de Noche hace años, hasta entonces en el polideportivo de la Mar Bella, al lado de la playa, bellos amaneceres, y desde entonces hasta ahora en la Fira de L'Hospitalet.

El Sónar en la feria, como las ferias de coches o las de ganado. Pero todo sea por dar cabida al mogollón.

El Sónar se diferencia del Primavera en que el cartel está repleto de nombres desconocidos: aquí la guía del Sónar de este año según Luis Hidalgo. Pero no ha de faltar el fenómeno viral de turno (este año, el Harlem Shake)...



...ni los nombres con tirón: aparte de los sospechosísimos habituales Pechos Boys y otros, andan unos alemanes conocidos como Kraftwerk.

Los cuales alemanes fueron algunos de los que me mostraron hace más de 20 años (en el año del antes y el después, 1977) que había otra música con mucha más gracia y frescura que la canción del verano española, los jardines prohibidos italianos y el muermo-rock barroco de los hermanos mayores de los que tenían hermanos mayores. 1977 fue para mí esencialmente los Ramones, Bob Marley y Kraftwerk: el punk, el reggae y las máquinas de hacer música. (Por cierto, murió el creador del logo de los Ramones.) Me entero de la existencia de Kraftwerk, grupo procedente de la misma movida del llamado "krautrock", en dicho año, por las canciones que ponían en medio de la publicidad en Radio Juventud de Burgos: te podían salir con Gal Costa, Perales o esto,...



...un sample de lo cual y otro de este tema que tengo asociado a una sintonía de la radio de la Rutgers con un maxmix de temas con números, este entre ellos...



...fueron a parar a esto:



Hay quien ha dicho que Kraftwerk son más influyentes que los Beatles. Y es que ha habido unos cuantos que los han utilizado. Aquí una que sampleó LCD Soundsystem en una que ya he puesto y que también fue utilizada en un programa de noticias de la radio de Burgos en su tiempo.



Hay mucho Kraftwerk en la banda sonora de mi vida. Esta canción también la tengo asociada a la Rutgers: no todo lo que ponían en la college radio era punk rock alternativo.



Esta del "Trans Europe Express", el disco de 1977, la tengo eternamente asociada a una semana santa en una "casita" (realmente un pedazo de caserón) al lado del mar en Jávea, con un piano en el salón. Elegance and decadence, como cantaban los de Düsseldorf...



Lo de la "casita" fue en el año en el que viví en Zamora y me dio un ataque de kraftwerkitis. En inglés, porque era como se les conocía aquí. Esta es una de mis canciones zamoranas en alemán.



Y, a propósito de que hoy van a presentar su espectáculo 3D en el Sónar...



...me acuerdo de un concierto en lo que en el curso olímpico 1991-92 era el Zeleste, donde en medio de ese famoso tema en el que hacen del viaje (fahr'n, fahr'n, fahr'n) diversión (fun, fun, fun), va ¡y se corta la luz en el barrio!

Eso hubiera sido la gran novedad: ¡Kraftwerk desenchufao! Pero no: tuvimos que esperar a que volviera la luz. Igualmente, un concierto memorable.



jueves, 6 de junio de 2013

Cuando chabacano no es sinónimo de basto

(Por si acaso: Basto es sinónimo de ordinario, no de extenso. Desde que vi "habrir" con H, ya cualquier cosa.)

Chabacano de basto fue el rollo paletopueblo que nos tuvimos que tragar los chavales españoles de mi generación y que, horror, tuvo tanto éxito que una diyí cool de Burgos que va de cool se atrevió el año pasado, en una sesión de revival vinilo-vintage-pelucón, a deleitarnos con La Ramona Pechugona. Y hubo más ramonas pechugonas en la época. Aquí un ejemplo menos conocido y más rocanrol.



Benditas generaciones actuales, que no van por ahí. Qué alivio. Si me tienen que mandar al infierno musical, que me den, yo qué sé, a Juan Magan el que nos ponen a los abueletes en el aguagym. Cualquier cosa menos La Ramona Pechugona.



Chabacano es también el nombre de una lengua que se habla en Filipinas. Aquí un pastelón empalagoso con la letra de dicho pastelón, para que podamos comprobar si hay alguna expresión en chabacano que nos pueda sonar remotamente a algo:



Los comentarios a un video de YouTube discuten sobre si el chabacano es idioma o dialecto. Me suena, me suena...

...recuerdo que definían al vasco o euskera como un dialecto. Manda carallo, que dicen los gallegos en lo que decían que era su dialecto. (Por cierto: el tipo de Os Resentidos, el Antón Reixa que canta la letra de la que viene, es otro ejemplo de los quién-te-ha-visto-y-quién-te-ve que da la vida. Manda carallo.)



La RAE asocia "dialecto" a calificativos tipo "derivativo" o "de categoría social inferior". Más exacta me parece la definición de la Wikipedia: un dialecto es una variedad de un idioma, sin más. Aun sin considerar la, digamos, hipersensibilidad que casi 40 años después de los casi 40 años de Franco aún aflora en la sociedad con respecto a las lenguas de España (por todas partes: tenemos dos "nuevas", el lapao y el lapapyp), no se podría decir exactamente que el chabacano sea un dialecto del español. De hecho, la Wikipedia (otra vez) lo define como lengua criolla. Y además, tiene sus propios dialectos.

Me entero de la existencia de este idioma por el Eduardo, que decide especializarse en chabacano y me envía música de varios géneros en dicho idioma, como bossa nova...



...o hip hop. Este vídeo no lo puedo incrustar, pero es muy chulo, tiene la letra de la canción y va acompañado de una breve definición del chabacano: también lo llama "lengua criolla". Y como no lo puedo incrustar, pues incrusto otro.



Y aquí el vídeo de los comentarios sobre si idioma o dialecto. Se diría que en las Filipinas, "chabacano" no quiere decir "basto" sino "edulcorado hasta el empalago". El chico que canta es de Carolina del Norte, Yu Es Ey.



PD La noticia "paramusical" (perdón por el palabro) de hoy: Paris Jackson, hija de Michael, 15 años, ha intentado suicidarse a base de cortarse las venas con un cuchillo de carne e ingerir una sobredosis de ibuprofenos. Si caes en una familia disfuncional, es muy difícil ser una chica normal.

lunes, 3 de junio de 2013

"Libre, libre quiero ser..." (Quién te ha visto y quién te ve 3)



Hoy el periódico viene cargadito.

Da la casualidad que ayer oigo esta canción de uno de los discos que me sirvieron de banda sonora de mi primer año en Barcelona, el "Berlin" (aunque no fuera precisamente una novedad entonces)...



...sin saber que su intérprete estaba muy, muy pachucho. Tan pachucho que necesitó un trasplante de hígado o se nos iba. Esto, ahora con los yogures y el tai-chi, no en tiempos del "Berlin" con el speed ni más tarde con la priva. Sus primeras declaraciones tras el trasplante me recordaron a un amigo que fue intervenido quirúrgicamente de tres cánceres tres y no echa más que flores de la (aquí tan recortada como la ciencia médica que alaba Lou Reed, o la ciencia en general) sanidad pública.

Y sin embargo, no me mueve a escribir un post la feliz recuperación de Lou Reed, ni el artículo de Diego Manrique de hoy sobre la costumbre de pasarnos el concierto haciendo vídeos con el móvil y colgándolos en las redes sociales, suenen a rayos o a truenos, para mostrar que Yo (Yo) Estuve Allí (mientras tanto, una coge y cuelga esos mismos vídeos que suenan a rayos y a truenos en el blog).

Ni tampoco el descubrimiento de que reputados periodistas musicales como Jordi Bianciotto o el habitualmente acidísimo con lo que no le gusta Luis Hidalgo escriban favorablemente sobre el reciente show de Rihanna en el Palau Sant Jordi. (PD Bueno, el Hidalgo da una versión cáustica del evento en otro artículo: ¿el doctor Jekyll y Mr Hyde en versión crítica musical?) La cual Rihanna tarda hora y veinte minutos en aparecer. Lo cual me recuerda la excusa que se daba en el grupo de canto al que iba para justificar la impuntualidad cuando hacíamos el bolo trimestral (no tanta como la de Rihanna pero impuntualidad al fin y al cabo): "somos artistas". Yo voy al curro tarde porque "soy una artista" en mi campo y se me quejan. Y con razón.

Pero bueno, el Bianciotto y el Hidalgo son muy libres de escribir favorablemente (PD o cáusticamente) sobre Lady Autotune, por supuesto. Aquí uno de los vídeos de móvil de los que habla Manrique en su columna de hoy, con efecto "video clip de la era imperial de Queen" incluido. Porque Estuvimos Allí (Y Yo No).



Lo que me mueve a escribir un post también ha salido en el periódico, pero me entero de ello a través de un e-mail enviado a todo el personal de mi escuela por la jefa de estudios, donde se nos anuncia el próximo "Concert per la Llibertat", a celebrarse el día de San Pedro en el camp del Barça, tot el camp és un clam. El concierto en cuestión lo organizan los mismos que organizaron la famosa mani del 11 de septiembre del año pasado en Barcelona.

O sea: llibertat as in Freedom for Catalonia.

Estupendo. Los del Freedom for Catalonia son libres de no sentirse libres y decirlo con toda libertad. Cap problema. Entre los participantes en dicho evento figuran los sospechosos habituales, catalanes y no: Lluís Llach, Maria del Mar Bonet, Fermín Muguruza, o Sopa de Cabra y otros músicos del rock català de los 90. Y Pedro Guerra, que como estoy out, no sabía que había estado relacionado ideológicamente con el independentismo canario. Aquí en su colaboración con Cesária Évora.



Y Pascal Comelade, que es del sector freedom de la Catalunya Nord, oficialmente la France. Aquí en su colaboración con PJ Harvey.



O el afrancesado Paco Ibáñez, el de "cuando la fiesta nacional yo me quedo en la cama igual": parece que lo uno no se contradice con lo otro.



Pero también, y ahí va un capítulo más de la sección "quién te ha visto y quién te ve" del blog, andan en el cartel los siguientes...







...que representaron al país opresor en festivales internacionales de la canción.

¿Y Mayte Martín, cantaora catalana de flamenco, arte del que ha habido quien decía que era tan propio de "la nació" como la lengua en la que ella canta? ¿La misma Mayte Martín a la que abuchearon en otro 11 de septiembre? Et tu quoque?

Pero bueno, son muy libres de decir que España les oprime, por supuesto. Aquí Mayte Martín en su colaboración con Falete.