Publica el Diario de Burgos del pasado día 6 una entrevista con Diego Manrique (padre). La entrevista, por alguna razón, no está en la versión en línea del Diario, pero ahí nuestro crítico favorito (cito de memoria: "Los críticos no somos músicos frustrados, los críticos somos críticos frustrados") rememora su vida desde que descubrió de chaval su pasión por la música allá donde Cristo perdió el gorro (Pedrosa de Valdeporres, provincia de Burgos, donde, cosas de la vida y la tecnología, llegaba el rock a través de Radio Luxemburgo) y cómo le hacían llegar ¡en burro! los discos raritos y probablemente subversivos que pedía por correo.
Curiosamente, cuando el autor (o autora: no recuerdo) habla del currículum del crítico, no menciona su paso por Radio Castilla de Burgos (de la SER), donde tenía su hueco en el programa "Los 40 principales" de los sábados en las postrimerías del franquismo. Eran "los 40 principales" de entonces, donde los oyentes llamaban a la emisora de su ciudad y votaban por su canción favorita. Por entonces yo tenía 11 ó 12 años, y "Los 40 principales" se convirtieron para mí en droga dura, afianzándome el papel de la música como compañía y consuelo además de placer (sexual: no exagero).
En el programa, de 4 a 8 de la tarde y presentado por Jesús Benito (¿qué fue de él?), andaban, juntos y revueltos, Led Zeppelin y Perales; Suzi Quatro y Mocedades; Barrabás, Barry White y Billy Swan con su "I Can Help"...
...los Eagles, la Steve Miller Band y una versión "malísima" (Benito dixit) del "Only You" de los Platters por Ringo Starr; The Les Humphrey Singers, los pelmas de Yes, y la banda sonora de "Tommy" (¡aquella Tina Turner!)...
... y el Dylan de "At Budokan", y los Stones de "It's Only Rock'n'Roll"; y Can, y Pepe Domingo Castaño (entonces presentador, junto con Joaquín Luqui, de "El gran musical" de los domingos por la mañana, y ocasional cantante, con el tan peculiar tema del pantalón vaquero y la camisa de cuadros, uniforme de moda en aquellos tiempos.)
Y junto con la caspa casposa y lo que realmente me ponía literalmente la carne de gallina incluso anticipándome a las 4 de la tarde de los sábados, andaba Diego Manrique haciendo apostolado de sus discos raritos y probablemente subversivos. En especial, recuerdo que, estando postrada en cama con la rubeola, me presentó uno de los discos que se convirtieron en la banda sonora de mi vida, así en Burgos entonces como en Barcelona ahora: el "Forever Changes" de Love.
Por aquel entonces, se le ocurrió a alguien la loca idea de montar una especie de Woodstock en Burgos: las "15 Horas de Pop" en la plaza de toros, con unos cuantos de los artistas españoles del sector no casposo que oía en "Los 40 principales": Hilario Camacho, Granada, los Triana de "Abre la puerta", unos Burning que cantaban en inglés antes de preguntar qué hacía una chica como yo en un sitio como ése.
Recuerdo dónde estaba ese 5 de julio de 1975: en el Hospital Militar de Burgos con mi amiga de la infancia visitando a su madre, con una horrible camiseta ajustada azul con estampado de ovnis (curiosamente, en la entrevista, Diego Manrique califica las "15 Horas" de "marcianada") y deseando, pero cómo, estar en otra parte: en la plaza de toros, oyendo en directo la música que conocía de la radio, con los melenudos que andaban por la ciudad pertrechándose de bocadillos y que el diario del Movimiento, La Voz de Castilla, calificó como "la cochambre". Claro que, pobre de mí, era una niña durante el franquismo en la que fuera capital de la España nacional durante la guerra civil... (Recientemente, una exposición fotográfica en Salamanca recordaba el evento.)
(Benvolguts i benvolgudes: El Canet Rock va ser una mica "després", 26 de juliol del 75. Y de eso hay imágenes de video en YouTube; me da rabia que no las haya de lo de Burgos - donde también andaban la Dharma y la Mirasol, por cierto. Qué poco y mal vendemos los burgaleses nuestro fet diferencial.)
Habrá que imaginarse la cara del tipo que escribió eso de "la cochambre" viendo el Burgos de ahora. Este año, la provincia ha visto la duodécima edición del Sonorama, con gente como Kiko Veneno, la Mala Rodríguez, Nacho Vegas y Christina Rosenvinge en el cartel; la quinta edición del Electrosónic, en la capital, trajo este año a ilustres DJs del tipo Richie Hawtin, Jeff Mills y Óscar Mulero; y, marcianada de marcianadas, el mismo ejemplar del Diario que llevaba la entrevista con Diego Manrique contenía la reseña del concierto de, ¡The Prodigy!, que tuvo lugar el día anterior en la carpa de lo que hasta hace muy poco se llamaba Caja de Ahorros y Monte de Piedad del Círculo Católico de Obreros de Burgos, actualmente CajaCírculo. Aquí uno de esos vídeos hechos in situ con el móvil, por resarcirme de la falta de material de las 15 Horas.
La cochambre ha venido para quedarse. Esto se llama justicia poética.
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