1. Guerra civil en Libia... y en la comunidad internacional aparecen los escrúpulos con respecto a una intervención militar que no aparecieron en Irak. A raíz de toda la movida libia, sale un artículo del Impepinable recordándonos que los músicos se venden al mejor postor. Ejemplo: Beyoncé, que actuó en una fiesta de fin de año de los Gaddafi en el Caribe...
...o incluso algunos de los concienciados por los problemas del mundo, oh... (disculpen que voy al wáter.)
Por lo visto, los hay irreductibles que por ahí no pasan. Como este, también artista concienciado:
2. Fortísimo terremoto con tsunami y consecuente desastre nuclear en Japón. Un país cuya música conozco pelín más que la de Libia.
La poquísima música japonesa que conozco generalmente me gusta mucho. Aparte de las ya mencionadas aquí Shonen Knife, hay un japonés llamado Cornelius al que me aficioné muchísimo:
Probablemente el mayor megahit mundial venido de Japón (y en japonés) es una canción de principios de los 60 que se llama "Ue wo muite arukō", que quiere decir "Camino mirando hacia arriba", pero que llamaron "Sukiyaki" como quien llama "Paella" al "Corazón partío", o "Croissant" a "La vie en rose".
Se me está ocurriendo que Japón es un tanto como Brasil, que hace todo tipo de música. Lo que he mencionado hasta ahora ha sido punk rock, electrónica y pop para mamás y abuelas; a eso le sigue la niponización del tema de James Bond:
O el bailecito de moda estilo Macarena que añadir al planeta de las mil danzas (no encuentro ningún vídeo con el baile en sí)...
...de hecho, producción totalmente fake made in France a cargo de Daniel Vangarde, de quien conocía que es el autor del siguiente tema, que Tony Ronald convirtió en canción del verano...
...pero de quien no conocía que es el padre de la mitad de este dúo:
Japón también tiene sus buenos fakes: aquí, la rica salsa de soja...
...y el duende con wasabi (por bulerías y cuarto de sevillanas).
También anda la japonofilia otaku de los frikis del anime: yo me he quedado en esto...
...pero alguna vez me he encontrado con que los vídeos de anime tienen una música pop (que recibe el nombre muy genérico de "jeipoppu" o "J-pop": ahí entra tanto el "Sukiyaki" como las Shonen Knife)... y los otakus se saben las canciones, en japonés.
Esta es la Kumi Koda que mencionan los Astrud.
Este va de funk rock, y actúa esta semana en Barcelona. Cómo encontrará su país cuando vuelva, pobre...
También se prevé el regreso al Sónar de uno de los músicos japoneses más conocidos mundialmente: el olímpico Ryuichi Sakamoto. (Por cierto, Janelle Monáe va al Sónar.)
El cual Sakamoto hace, entre otras cosas, música brasileña.
Como Cornelius. Decididamente, los japoneses hacen de todo. Qué tragedia tan grande lo que les ha pasado: las bombas atómicas y el tsunami. Es terrible. (Una consecuencia a nivel mundial: el precio del petróleo, que subió por lo de Libia, baja por lo de Japón.)
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