lunes, 27 de junio de 2011

De música local y global

Hace milenios que no estoy en Burgos por las fiestas locales, "los Sampedros", pues normalmente una trabaja en esas fechas. Durante estos milenios, se han añadido novedades: ahora montan unas casetas donde los bares ofrecen pinchos que compiten en un concurso de pinchos...


...y nos colocan luminarias de tipo mozárabe a lo feria de abril de Sevilla (no hay fotos aún en internet, pero es igual: son feísimas).

Por lo demás, las cosas siguen esencialmente igual: las tiendas cierran los días laborables por la tarde por asistencia a las corridas de toros, sean los propietarios taurinos o no; la ceremonia oficial de inicio de las fiestas acaba con el canto del Himno a Burgos, que tenemos himno y todos los burgaleses nos lo sabemos, y más lo cantamos cuanto más cantarina la cogorza; danzantes, gigantillos y gigantones nos hacen la performance anual...





...y las sempiternas comparsas de "peñas" amenizando el ambiente. Esto que viene no es Burgos, pero la charanga parece una peña (faltan los mozos y mozas pegando botes al ritmo de la música) e interpreta un tema que oí a una peña ayer por primera vez desde mi más tierna infancia:



La letra no haría exactamente las delicias de la recién nombrada asesora especial de la agencia de la ONU para la igualdad entre los géneros: "La Mari Carmen no sabe coser, la Mari Carmen no sabe bordar, la Mari Carmen no sabe tejer, ni con aguja ni con alfiler. Pobrecita Mari Carmen, quién te ha visto y quién te ve; antes te quería mucho, ahora no te puedo ver". Me hice la asociación con otra canción que me cantaban en la infancia, la de Bartolo tenía una flauta con un agujero solo, que luego una cae del árbol y concluye que la flauta de Bartolo etc etc. Más tarde, un grupo de "fajas y corpiños" (metonimia para hombres y mujeres, respectivamente, ataviados con el traje regional) hace una versión con dulzaina y tamboril de otra de las que me cantaban en la infancia: "Ay, ay, ay, los almacenes de Haro, ay, ay, ay, los vamos a quemar; ay, ay, ay, venden el vino caro, ay, ay, ay, no lo podemos pagar". Eso, después de interpretar el siguiente tema...



... también con dulzaina y tamboril. (Ooooh, esos cochinos que dan morcilla, y ese fresquillo en chaquetilla, menos si hay ola de caloooooor, Burgos, Burgoooos...)

Y mientras tanto, en el mundo mundial hay gente que se topa con este blog buscando la foto de la Ke$ha, la letra de la Jenifer, la rumba congoleña, o equis. Así que encuentro estrellitas en países anteriormente sin estrellita, como Costa de Marfil...



...Turquía...



...Suecia...



...Polonia...



...la República Checa...



...Eslovenia...



...Grecia...



...Suiza...



...y Bélgica. Del himno a Burgos a Brel pasando por el reggae marfileño, el bluegrass checo, la rembética griega o las polonesas de Chopin. El mundo mundial es muy grande y ha producido y sigue produciendo mucha música. Lo malo es que una vida no da siquiera para una pequeña parte del total.



PD Hoy (más tarde) ha aparecido estrellita en otro país: Hungría. Que de allí no sólo vino la canción de los suicidios: también salió la tradición de danzas húngaras interpretadas por músicos gitanos de la que bebió un clásico húngaro, Franz Liszt.





Y hablando de gitanos, aquí el gitano belga más famoso de todos los tiempos, que a raíz de la pérdida de dos dedos de su mano izquierda en un incendio en su casa, inventó un modo de tocar la guitarra de jazz especialmente popular entre la comunidad gitana francófona, y, por extensión, el género llamado "jazz manouche" (literalmente, jazz gitano).




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