domingo, 12 de febrero de 2012

Otra vez lo mismo

Esta mañana pongo las noticias de la BBC y lo que sale es... ¿Grecia? No. ¿Siria? Tampoco. Sale Whitney Houston. Malo malo, piensa una.

Independientemente de lo exagerado de la cobertura del asunto (no sé cómo cubrió la BBC lo de Amy Winehouse, por ejemplo, pero la mayor parte del segmento de noticias se centró en Whitney esto, Whitney lo otro), y con la cuasi-certeza de que no me vendrá un ejército de fans fatales indignadísimos como los que le vinieron a Diego Manrique cuando osó escribir lo que escribió sobre el recientemente fallecido Luis Alberto Spinetta, a quien yo no conocía de nada (sí conocía la banda de su hijo Dante), y a quien no he cogido el punto (al hijo, un poco sí)...





...pues que Whitney Houston me resultó (junto con Mariah Carey o Celine Dion) un paradigma de la música que no soporto: pirotecnia hueca al servicio de melodías edulcoradas hasta el empalago (¡aquella de "El guardaespaldas"!). Pero por otra parte, sorpresa, también ha resultado ser, como Enrique Urquijo de los Secretos, a quienes en tiempos de la movida se etiquetó como "pop llorón"...



...un paradigma de que no sólo los rockeros más declaradamente salvajes se meten en terrenos altamente peligrosos con el "sexo, drogas y rocanrol" por montera. Hasta los poperos llorones y las cantantes azucaradas terminan encarnando el estereotipo. A Enrique Urquijo lo encontraron en un portal; a Whitney, en la bañera como a Jim Morrison y a Carmina Ordóñez. Iba a acudir a los festejos con motivo de los Grammys, a celebrarse esta noche. Los Grammys de este año iban a ser los del regreso de los Beach Boys (con Brian Wilson) y Adele (tras su operación de garganta); se van a convertir, por encima de todo, en un acto en memoria de Whitney.

Y aunque no me haya gustado la música de Whitney, me da mucha rabia su muerte porque, como la de Amy, no vino de sorpresa y porque, como Amy, trató de desengancharse pero no pudo. Aquí una del lado menos empalagoso de Whitney: se me antoja que a Beyoncé (la Whitney actual, igual de pirotécnica e igual de empalagosa, pero con un lado power fantástico) le habrían puesto esos irritantes arreglos ochenteros en los 80.

Descanse en paz.



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