domingo, 2 de septiembre de 2012

Verano de 2012 (local)

Entre los conciertos de Burgos que vi este verano, lo más destacado fue el de los Trogloditas en el Vagón. O sea: la sección rítmica de los Trogloditas de Loquillo sin Loquillo y con otros tres más cantando las de Loquillo, "y cuando me llene el cuerpo de anfetas y de alcohol, voy a ser una rock'n'roll star, he llegado a los 50 pero eso me da igual, voy a ser una rock'n'roll star, uuh, uuh, nena, etc." No fue tan decrépito como suena; más bien, todo lo contrario. A veces el cantante sonaba a un "Loquillo de verbena", como dijo el Tasio de la "Janis de verbena" que actuó en el Vagón la semana anterior, pero la banda era más que solvente y se metió al bolsillo a los burgaleses a pesar del "fresquillo" reinante (y ya es harto difícil que los burgaleses se dejen meterse en el bolsillo de alguien) a base de rocanrol a machamartillo: rocanrol con tupé o rocanrol a lo Stones (versionean a Burning), pero rocanrol al fin y al cabo. El túnel del tiempo volvió a funcionar con lo que resulta ser la mejor banda tributo a los Trogloditas del momento: "no hables de futuro, es una ilusión, cuando el rocanrol, etc." En cuanto a lo que piensen Loquillo y Sabino al respecto... bueno, son pelas para Sabino.



Y es que el revival se lleva, también en las verbenas veraniegas burgalesas. Con anterioridad, hay una banda tributo a Janis Joplin con un power trio y una sobreactuadísima "Janis", la de verbena, que resulta mejor cuando menos estereotipadamente Janis es. Y antes, Demonio González, sin la mitad de su sección de vientos y, consecuentemente, con menos de la mitad de su gracia. Y antes, lo que vi del Tablero, con la misma morralla mestizo-flauta de costumbre y una tal DJ Doctora Yeyé con toda su pelucona y sus brillantinas que pincha singles (de los de vinilo) pero que recupera "temazos" como La Ramona Pechugona y Saca el Güisqui Cheli que no tendrían que haber salido jamás del baúl de los olvidos. Que no todo vale. Por todos los dioses.

Un concierto que sí me resultó bonito fue el de los burgaleses de La Musgaña, Diego Galaz y Jorge Arribas, en el pueblo de Ciruelos de Cervera, provincia de Burgos. No es precisamente rocanrol: su música, con instrumentos inusuales como varios violines-trompeta y un serrucho, tiene un aire nostálgico tendencia foto sepia. Seguimos sin hablar de futuro...



Y metiéndome en temas musicales-familiares, se me ocurre fisgar las canciones que mi sobrina de 13 años tiene metidas en su BlackBerry, con la idea de variar de revival y enterarme de lo que oyen los chavales. Su hermana, de 10, se las sabe todas todas. Básicamente, el repertorio consiste en piezas del disco estrella verano 2012 tipo "Boys Will Be Boys", o esa cuya letra dice "mamita loca, cosita linda, con ese cuerpo es que tú te ves muy linda, e o oé oé, a a aé aé" (se habrá herniado el letrista), o esa declaración de principios, "yo soy cani, cani cani cani". La cosa llega a (y mi sobrina de 10 años cantando a voz en grito) "quítate el tó, ay que se quite el tó". Pero el colmo de los colmos es un superéxito del verano 2012 que se pega como el chicle (difícil de despegarse por mucho que lo intentes) y cuyo mensaje resulta ser el mismo que el de aquella bella jota que decía, "¡Chúpame la minga, Dominga, que vengo de Franciaaaaaa!" Eso sí, no importa porque es en inglés y no se entiende. Mi sobrina de 13 años acababa como quien dice de llegar de una estancia en Irlanda con curso y familia y va encarrilada hacia el First Certificate. Con la linda cancioncita en su BlackBerry.

Si esto es representativo de lo que escuchan los preadolescentes españoles de ahora, qué nivelón.



De camino a Barcelona, me entero de que muere otro músico antes de llegar a viejo: el compositor de bandas sonoras de películas que comenzó, con 13 años, buscándote en Groenlandia, en Perú, en el Tíbet, en Japón y en la isla de Pascua: música de mi juventud. Al parecer, andaba con depresión.



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