Este fin de semana han sido las fiestas de la Mercè, con su correspondiente oferta musical. Hubo recortes aquí también (un día menos de fiestas, menos escenarios o eso parece), y el viernes era uno de esos días en que lo urgente se impone a lo importante y no salí a dar el paseo de cada Mercè que me quedo en Barcelona, así que me quedó un día de BAM, que fue ayer, Nuestra Señora de la Merced y San Nevermind Veintegenario. Con lo cual no cojo el programa porque se me olvida y me doy el paseo.
Me decido por el casco antiguo; en la fábrica de cerveza Damm están los clones de Jonathan Richman Herman Dune y los pretendidamente garajeros Mando Diao (¡que me den a los Nomads!); en la zona de la fuente mágica de Montjuïc, Fangoria, lo único que me atrae, empieza tarde; y el Fòrum queda lejos y allí son aún más tardíos.
La ruta empieza en la zona del Macba/CCCB. Pillo el final del concierto de una banda catalana llamada Cuchillo; tocaban un instrumental con guitarras de esos que pretenden pintar paisajes sonoros y mostrar que la banda es muuuuuuuuuuy sensible. De todas maneras, estaban acabando, y en la plazoleta donde se monta la disco en el Sónar de día estaba Parade, los artífices de una de mis canciones favoritas del pop español de todos los tiempos, "Gagarin en Calabuch", que ya he puesto en el blog. Me encuentro con el profe de música murciano cantando una cuya letra decía algo así como "soy un asteroide dentro de un asteroide; me llamo a mí mismo: ¡asteroide, más que asteroide!", y mientras tanto se veían imágenes a juego en una pantalla. Me pasó lo mismo que cuando compré el disco con "Gagarin...": no siento gran cosa por el resto del repertorio. Ya dice mucho que no me haya dado cuenta de que la del asteroide estaba en ese disco, así que le hice otro repaso esta mañana. El tío parece haber mamado mucho "Pet Sounds". Las canciones son bonitas (lo cual es innegable), y a veces tienen un punto Astrud, también en las letras mientras no vayan de aeronaves y marcianos. Pero se me antojan más ejercicios de estilo que artefactos que emocionan; será que "Gagarin..." me dejó el listón demasiado alto, o que, como dice un comentarista de este blog, no tengo ni puñetera idea.
Los lateros, como siempre, dando la lata con la servesa beer. Y en esto, empieza a llover. No falla.
Siempre llueve en la Mercè, y cuando no llueve es excepcional. Se dice que es culpa de la Laia (Santa Eulalia de Barcelona), que tiene celos de la Mercè porque Barcelona escogió su día para su fiesta grande: lógicamente, pues Santa Eulalia cae en febrero. (Hay otra versión donde la Laia no lo hace por mala leche, sino que simplemente llora de tristeza.) Total, que me llueve en lo de Parade cuando cantan una sobre una reunión de antiguos alumnos en Innsbruck y decido cambiar de barrio. Especialmente cuando allá donde tocaba Cuchillo iban a actuar unos sobre los que oí a una alemana decir etwas unverständliches mit Radiohead, y a mí ya me basta con los Radiohead originales.
Siguiente parada: plaza de la Catedral. A pesar de la lluvia, aún fina, me sorprende la poca gente que hay: fue en otras Mercès el escenario de un concierto de Zizi Possi y la ratonera del concierto de Lou Reed, entre otros. Ayer actuaba Cuca Roseta, una fadista del tipo clásico cuya bella voz de fadista clásica, afortunadamente, no iba acompañada del exceso instrumental que le plantifican a Dulce Pontes, por ejemplo. Me gustó.
El paseo siguió por la plaza del Rey, donde actuaba un asiduo de las salas barcelonesas llamado John Vanderslice al que no conocía más que de nombre. Este chico va de minimal: él con su guitarra acústica y un batería. Canta una, y al final dice que le reduzcan los graves, porque "I don't like so much fucking bass". A mí me gusta el fucking bass: incompatibilidad de caracteres, concluyo.
La lluvia arrecia. Dos chicas que comparten una litrona se ponen a bailar bajo la lluvia, sin paraguas ni chubasquero. Lo que hace el alcohol. Yo empiezo a notar que se me mojan los omóplatos y busco un lugar donde refugiarme. Me llevan los pies a la Plaza Real, que al menos hay un escenario y tiene soportales. Ahí andan Sr. Chinarro, un grupo que sólo conocía por haber encontrado hace muchos años en un Melody Maker o un NME una reseña muy favorable sobre ellos. Me resultaron muy noventeros (en general, no cojo el punto al pop español de los 90), y la voz del tío me sonaba a desfase. Tocaron esta: resulta que la versión en estudio no está mal, aunque me sobran los coros femeninos. (PD: Quitaron el mp3 y no tenemos la versión en estudio: sí tenemos un desenchufado con el tío solo, y mucho mejor.)
Estoy empapada hasta el tuétano. Laia: això no té gens ni mica de gràcia.
Afortunadamente, la lluvia amaina y aprovecho para cambiar de lugar. Mientras se prepara la siguiente actuación en la plaza de Sant Jaume, se me ocurre que no he aguantado dos canciones al Vanderslice y que le voy a dar otra chance. Cuando llego, el tralarí-tralará acústico ha desaparecido, dejando en su lugar una batería contundente y una guitarra sucia y distorsionada. Decido que en mi vida también hay momentos Vanderslice, al fin y al cabo.
Pero el ambiente de fiesta grande estaba en la plaza de Sant Jaume, donde se disponía a tocar un grupo de unos dieciséis gitanos rumberos de Gràcia de tres generaciones que si no les entendí mal se codearon con el Pescaílla y el Gato Pérez y los versionean: "Levántate", "Sarandonga", "Gitanitos y morenos". El virus de la rumba (catalana, és clar) se contagia y la gente se va poniendo a bailar: una guiri rubia que exhibe un gelatinoso meneo cular, la senyora Mercè i el senyor Manel, un japonés, un negro con rastas, un chaval que se hace un peta, tres chavalas que se hacen una coreografía, e incluso puede que también los lateros menearan el esqueleto en algún momento al son de la rumba que tumba. Y al final, la Laia se portó. Por lo visto, Gràcia Power son en realidad varios grupos en uno, dirigidos por un sobrino del Pescaílla. Aquí un vídeo de móvil de la actuación.
La plaza de Sant Jaume, petada; mientras tanto, la Plaza Real, también petada, aunque menos, recibió a Grupo de Expertos Solynieve, la banda paralela de J Planetas. Llamaban la atención los mazas dispuestos en la entrada de la plaza ataviados con el uniforme de la Guardia Urbana con todos sus complementos; en el territorio rumbero no se veía policía.
Y hoy, sol y buen tiempo. La plaza de Sant Jaume estaba ayer vacía en comparación a las masas y masas que pretendían acercarse, con permiso de la policía local y autonómica, a ver la exhibición de castellers.
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