Quien quiera que fuera el que calificó la versión de "Smells like Teen Spirit" de Paul Anka como una "unspeakable abomination", que se lleve el crédito, porque me he apropiado de su expresión pero a base de bien.
Viene a cuento esto porque mi amigo Jesús Ángel me envía la siguiente unspeakable abom... perdón, joya sónica: (Noooooo, no es el Johann Sebastian Bach que sirve de introducción: ¡es lo que viene después!)
Y, poseídos por el ritmo ragatanga, se dedican también a pergeñar interpretaciones "asín de asinfónicas" del "Dragostea Din Tei" (alias "yumayumayé") y de la camisa negra de Juanes. (Ver los vídeos relacionados al final de la joyita, que igual aparecen: eso si tienen o una banda ancha anchísima o la paciencia de esperar, y esperar, a que llegue.)
Digamos que es la versión casposa de Il Divo, los cuales son una mayor unspeakable abomination porque, al contrario de los cantores polacos anteriores, Il Divo se lo toman en serio. Il Divo resulta ser la obra cumbre de Simon Cowell fuera del jurado de diversos concursos televisivos de talentos canoros británicos y norteamericanos; el tal Cowell es la plantilla a partir de la cual se modeló un Risto Mejide, alias Mejode, el jurado borde de "Operación Triunfo". Aquí el famoso vídeo de una especie de "OT" británico donde el mundo descubre un nuevo ídolo: una señora de mi edad llamada Susan Boyle. Cowell es el que está sentado en la mesa del jurado a la derecha: obsérvense las caras del jurado cuando la señora se arranca a cantar una canción en absoluto fácil. (Cowell admite que se ha puesto botox.)
En esto, van un francés, un suizo, un americano y un español, y un buen día el tal Cowell los junta, convirtiéndose así en mánager, productor y factótum en general de Il Divo, una especie de actualización de Los Tres Tenores (Carreras, Domingo y Pavarotti). Aquí andan, en directo desde Murcia, haciendo una versión en español de una canción que yo odiaba con locura cuando salió la original de Toni Braxton. A fustigarse tocan, chas, chas...
Lo de los divos operísticos haciendo pop, oh cielos, viene de más allá de Los Tres Tenores. Aquí una muestra: famoso futuro tenor español de Los Tres Ídems hace pareja con famoso cantante country americano y le pone engolamiento al asunto.
Por no hablar del dúo olímpico que no pudo ser (olímpico) por defunción del finado meses antes del magno evento...
Y para acabar, la madre del cordero classical-pop (sin ópera: la ópera en el pop llegó ¿con el finado del dúo olímpico?) así como el primigenio aserejé patrio al hacerse con el número uno en las listas de varios países del mundo y un disco de oro en los EEUU: roll over, Beethoven!
Ya metidos en orgías operísticas más o menos pop, te ha faltado mencionar a los Tres CONTRAtenores, unos tíos que a mitad de los noventa sacaron un disco con ese título, casi como un manifiesto ante la pesadilla de los Tres Tenores “auténticos” que, en aquellos años no daban un momento de tregua a nuestros oídos, con montones de discos y colaboraciones; y apariciones en cualquier sarao con ínfulas y sin ellas, que hasta daba la sensación de que se clonaban, porque tan pronto estaban en el Metropolitan Opera House como en las fiestas de Parla.
ResponderEliminarY me lo compré por eso.
http://www.amazon.co.uk/Three-Countertenors-Eduardo-Di-Capua/dp/B0000007AC
Fue el típico encuentro fortuito hombre-disco en las estanterías de la (fugaz) Virgin Megastore en Paseo de Gracia, cuando Barcelona todavía no sabía que yo iba a vivir en ella, digamos… en el año 95.
Sencillamente, fue ver la portada y pensar “joder, estos tíos están de coña”. Debo confesar que en ese entonces yo no tenía aún mucha noción de lo que era un contratenor pero, a partir de ese momento, me quedó claro para siempre. Por lo demás, en el disco hay de un poco de todo lo que suele haber en discos como éste, pero con un toque de sana autocrítica.