domingo, 22 de mayo de 2011

Fallo del sistema: reiniciem.

Fui a la plaza de Cataluña estos días, cacerola en ristre.


Tal como está el panorama (45% de jóvenes en paro, recortes a diestro y siniestro, gente cuya lista de espera para hospital se alarga debido a los recortes, desahuciados que aún tienen que pagar la hipoteca estando sin casa, corrupción en la administración, mucho cargo inútil, y mientras tanto las grandes empresas se pueden permitir expandirse a lo grande en lugares emblemáticos como el edificio del cartel de Tío Pepe en la Puerta del Sol, futura tienda Apple, o toda una manzana en pleno Oxford Street, comprada por Inditex, así como todo aquello que hace de mí una bellaca)...



...ya me extrañaba que los españoles no hubieran salido a la calle antes.

Comentó un periodista inglés que conozco que en los años que vive en Barcelona es la primera vez que una multitud se reúne para algo que no sea ni el Barça ni Cataluña. Exagera, claro, pero lo cierto es que no se veía una sola bandera, española o catalana; en su lugar, comentarios que dejaba la gente escritos en folios: "Me gustas, democracia, pero se te ve como ausente", "Fallo del sistema: reiniciem" (así, en bilingüe), "Jo no sóc antisistema; el sistema és anti-jo", "Mi mes no llega a fin de sueldo", los clásicos "Rebelde sin casa" y "No hay pan para tanto chorizo" y algunos otros. No me fijé en la ausencia de banderas, pero sí en la presencia del castellano (que no ausencia del catalán). Claro, también está el grupo de los que, "Som a casa nostra i ens diuen què hem de fer en castellà!", raca que te raca dando la matraca...

...pero en general "los indignados" no van de esencias patrias. Tampoco se dedican a quemar contenedores ni romper escaparates. Abominan del botellón (otros dos carteles: "Botellón no es revolución" y "Fuera lateros de la plaza": como ya es usual en cualquier mogollón barcelonés, no puedes dar dos pasos sin encontrarte con un pakistaní que te quiere vender cerveza beer. Lateros: mayor plaga que las palomas.) Convierten los parterres que se van deteriorando en huertos. Estupendo.

Hacen asambleas donde el ruido se reduce al mínimo. En lugar de aplaudir, alzan las manos; en lugar de abuchear, cruzan los antebrazos en forma de X; si el hablante se está enrollando como una persiana, la gente gira los antebrazos con típico gesto rollo persiana. No dicen "seré breve": son breves. Si esto es lo que hace el Twitter, bienvenido sea el Twitter.

Pero, ay, soy muy escéptica mientras le doy a la cacerola. Dudo que vaya a ocurrir algo más allá de la (necesaria) pataleta ciudadana. Lo comparan con el mayo del 68: ay. En los Estados Unidos, la generación que se hizo hippy y fue a Woodstock votó 20 años más tarde como presidente a Ronald Reagan, quien, como cuenta el documental "The Inside Job", originó con la desregularización de la banca el caldo de cultivo del panorama tal como está. (Algunos que provocaron la crisis financiera están en el gobierno de Obama: en todas partes cuecen habas.)



Había mucha gente, papás con niños en la zona destinada a niños, señoras mayores aporreando con seriedad sus cacerolas, pero mayoritariamente, había jóvenes. Con lo cual, me asombró mucho pero mucho mucho oírles "No nos moverán" y "El pueblo unido jamás será vencido" y "Reflexionando, estamos reflexionando" cantado con la música de "Guantanamera", y ver slogans sobre el capital que ya había visto cuando yo era joven y ver gente compartiendo una litrona de cerveza y por un momento me dio la impresión de estar metida en un episodio de "Cuéntame cómo pasó" y que la próxima que iban a gritar fuera "Llibertat, amnistia, estatut d'autonomia!" Igual que la generación de sus padres (¡la mía!), los de la progresía setentera y ochentera, y estos son los chicos del Twitter y el Facebook, que saben lo que es un hashtag, a diferencia de sus padres, y sin embargo, ahí los tienes, cantando "No nos moverán".

Y mientras tanto, dice uno de los carteles: "No más retro-cracia, estamos en el 2011". Ironías de la vida. Musicalmente, en la época de sus padres ya había punk, por lo menos...



Uno de los menos jóvenes llevaba una camiseta muy ajada de Kortatu que le marcaba la barriga. Me deprimí.



Entre las referencias a canciones de la progresía de mi generación (¡la arenga plasta de Labordeta!) me llamó la atención una: "Apesar de você, amanhã há de ser outro dia", verso de un samba intemporal que compuso Chico Buarque en 1970 contra la (muy real) dictadura militar brasileña.



Y eso, que como había mucha gente, había mucha variedad. Hay una queja común contra la corrupción, el paro, el despilfarro, la precarización y los recortes; pero a partir de ahí hay gente con propuestas que probablemente no gocen de tanto consenso, desde cambiar la constitución hasta derogar la ley antitabaco (ahora, la que exagero soy yo).

La otra cuestión es si las protestas tendrán incidencia, primero en los ayuntamientos y gobiernos autónomos que resulten de las elecciones de hoy, y después en medidas concretas y viables. Por lo que respecta a la primera pregunta, la cosa está cruda: están comentando en la tele que ha subido un poco el voto en blanco y nulo, pero los resultados apuntan a una victoria arrolladora, abrumadora y espectacular del PP, y Camps por mayoría absoluta. (En Barcelona, no hay mayoría absoluta, pero por primera vez en democracia el alcalde no es del PSC. Es de CiU. Estoy entusiasmada.) (En la última frase, he utilizado la figura retórica que se conoce comúnmente como "sarcasmo".)

The dream is over, que decía el dreamer????



Mientras tanto, ya hacían falta ciudadanos manifestando su descontento por lo malo que existe y lo peor que se avecina. Algo es.



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